Massa llegó más temprano de lo habitual a su despacho en el Ministerio de Economía y juntó a dos de sus cuadros más fieles para encarar una conversación picante con un interlocutor que condiciona a la Argentina en horas de zozobra económica.
En la sala estaban el ministro Sergio Massa, y la dupla integrada por el vicepresidente del Banco Central (BCRA) Lisandro Cleri y el jefe de Gabinete de Hacienda, el lavagnista Leonardo Madcur. Al otro lado del teléfono, una altísima directiva del Fondo Monetario Internacional (FMI). «No voy a esperar a ver si intervenimos o no, no voy a dejar que me lleve puesto una corrida de dos o tres especuladores», le avisó Massa a la directiva del organismo que comanda Kristalina Geogieva.
A renglón siguiente, le aclaró que más allá de la prohibición que el Fondo le hizo a Argentina —en el marco del acuerdo renegociado por Martín Guzmán sobre el crédito tomado por Mauricio Macri— de usar divisas de las reservas del BCRA para intervenir sobre el mercado cambiario, utilizaría esos fondos propios para intentar frenar la disparada de un dólar que cerró la jornada en los 495 pesos del blue, una suba muy importante contra los 462 del día previo.
La intervención que se hizo vía la mesa de dinero del BCRA (que por normativa interna tiene la potestad de manejo exclusivo el titular del Central) logró, en un momento, llevar la cotización del ilegal a 487, pero la corrida siguió presionando y volvió a cerrar más alto. De todos modos, y más allá del impacto natural que tiene el Blue en la opinión pública y su efecto futuro en precios, la potencia de la corrida se mide en el desempeño de los dólares financieros. Allí, en el Gobierno observan que el freno a la escala fue concreto: un retroceso contra el día previo de 0,8 por ciento en el CCL ley local y del 1,3 ley Nueva York; mientras que en el MEP hubo una baja de 0,2 y 0,3 por ciento, respectivamente.
«Les quiero recordar —siguió Massa ante el FMI— que los muertos no pagan». La frase, que usa habitualmente, es de Néstor Kirchner y cuentan que el ministro la expuso bastante seguido en las últimas semanas para insistir en que, si el organismo no deja crecer a Argentina, no habrá pagos. Es que según supo PáginaI12, el Fondo habría deslizado hace unas semanas que el costo de renegociar todo el acuerdo, algo que se hará en breve, debería tener como contrapartida una devaluación. Massa habló con el resto de las patas del Frente de Todos y llevó la respuesta a Washington: «Eso es imposible, no se hace». Este mismo mensaje devaluatorio lo filtraron operadores del FMI en el mercado y hasta dirigentes de la oposición, lo que generó dudas en los operadores sobre el rebalanceo del acuerdo total que Massa insiste en que está muy avanzado -según publica Página 12-.
Así y todo, un rato después de la conversación con Massa y la intervención al mercado con reservas del BCRA, el FMI fingió demencia y dejó jugar, mientras espera que el jueves viajen Madcur y el viceministro Gabriel Rubinstein a Estados Unidos y que en breve se vean mejoras sustanciales de las condiciones del pacto. «Cada vez que vas a patear te corren el arco», dijo sobre el FMI alguien que conoce al dedillo el mercado. Hoy, la diferencia es que el Gobierno, Economía y el BCRA mostraron, por primera vez en la corrida, capacidad de intervención hasta que llegue el acuerdo con el FMI.
Razzia, intervención y comunicado amable
A media mañana, Massa avisó en sus redes sociales las acciones a seguir. En su cuenta de Twitter, escribió que el Gobierno utilizará “todas las herramientas del Estado para ordenar” la situación del dólar. “Hace varios días que vivimos una situación atípica de rumores, versiones, falsos informes y su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar”, manifestó el ministro.
Asimismo, el titular del Palacio de Hacienda indicó que se notificó al Fondo Monetario Internacional (FMI) “de las restricciones que pesaban sobre la Argentina” y anticipó que se va “a cambiar en la rediscusión del Programa”. Además, sostuvo que se recurrirá “a la Justicia Penal económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF y a la CNV para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero”. Por la tarde de ayer hubo razzias en la City, en base a la idea planteada por el ministro.
En esa línea, Massa concluyó que “paralelamente vamos a seguir con los acuerdos de multilaterales, exportadores con transformación de exportaciones a yuanes y el acuerdo de desembolso con el FMI para refortalecer las reservas que por el impacto de la sequía se vieron perjudicadas”.
Un rato después de la salida de Massa, voceros del FMI, ante la consulta de este diario, emitieron unas líneas correspondientes al organismo. «El staff técnico continúa trabajando con las autoridades argentinas para fortalecer el programa económico acordado con el país en el contexto de la sequía muy severa. Los intercambios entre las autoridades y el equipo del Fondo Monetario Internacional avanzan de manera constructiva». Breve, el texto describe dos o tres cosas: que el acuerdo está abierto a ser renegociado al completo, y que el FMI hizo algo de presión pero dejó jugar a Massa en su hora más complicada, usando los dólares del BCRA. El ministro, de hecho, no pidió permiso, sino simplemente dio aviso, algo que puede parecer una diferencia menor pero que es central.
Los precios y el abroquelamiento político
El jueves, mientras Cristina Kirchner hable en el Teatro Argentino de La Plata, Massa estará en el Uruguay en un evento de la Confederación Andina de Fomento (CAF) del que se traerá 680 millones de dólares para apalancar reservas dañadas. A su tropa del Frente Renovador le dio la orden de asistir de manera importante al evento en el que CFK hablará de FMI y se centrará además en el contexto turbulento actual.
Cuentan en el kirchnerismo y en el massismo que hay que ver la foto del jueves para entender la relevancia de un gesto político en plena corrida. Se verá allí el grueso del massismo, de los intendentes no camporistas, de La Cámpora, del PJ y de algunos gobernadores. Nadie se anima a especular con definiciones de candidaturas de la vice, pero sí avisan que se mostrará activa en el juego.
El partido económico hasta llegar al jueves es importante y de riesgo. La corrida no está controlada y la suba de la divisa ya generó en el empresariado un fuerte traslado a precios que redundará en más inflación en abril y mayo. En ese contexto, la señal política es fuerte porque el jueves viajarán a Estados Unidos funcionarios de Massa a cerrar el nuevo acuerdo con el FMI y adelantar desembolsos por entre 7000 y 10 mil millones de dólares. Ese mismo día, hablará Cristina con la puesta en escena del peronismo aglutinado antes mencionada. Si para ese momento, la corrida que parece querer llevarse puestas las chances del oficialismo, se ordenó, quizás el frente encuentre una retórica renovada para plantear en la campaña. Algo de eso, sin quererlo, planteó el líder de la CGT, Héctor Daer, donde aseguró que el momento es complejo pero que del otro lado están la oposición, el FMI y los especuladores. Es una posibilidad que depende de una inestabilidad que es un mano a mano que se juega hora a hora.