En una reunión llevada a cabo con el secretario de Gobierno Municipal, Maximiliano Sampaoli, representantes de gimnasios, centros de yoga, pilates y danzas le hicieron llegar al Municipio sus necesidades y se ilusionan con una vuelta a las actividades a partir del lunes.
Mucha es la gente que repite que “o trabajamos todos o cerramos todos” desde el inicio de la etapa de flexibilización de la cuarentena en la ciudad, que encuentra a Comodoro en su peor contexto epidemiológico desde el comienzo de la pandemia.
Con la necesidad de trabajar como bandera, representantes de gimnasios, centros de yoga, pilates y danzas se reunieron el pasado lunes con el secretario de Gobierno Municipal, Maximiliano Sampaoli, en una cumbre que el funcionario municipal rearfirmó que el lunes podrían volver las actividades a los centros de bienestar físico de no mediar grandes inconvenientes en cuanto al registro de una gran cantidad de casos o un posible retroceso de fase para toda la comunidad.
“Sospecho que el fin de semana podemos tener una respuesta formal de que el lunes estaríamos abriendo”, confió Gustavo Morón, representante de los administradores de gimnasios, a El Comodorense Radio.
Allí también, aprovecharon los representantes de las distintas disciplinas para hacer llegar sus pedidos al Gobierno Municipal.
Primero, rever la capacidad habilitada para las actividades, ya que entienden que un límite de 5 personas por establecimiento como lo establecido antes del nuevo cierre “era muy descabellado” para algunas actividades, que cuentan con amplios salones y con dicha cantidad de clientes “no les da ni para pagar la luz”. En ese sentido aseguró Morón que lo ideal sería “una persona cada 4 metros cuadrados con uso de tapabocas”.
En la misma línea, “pedimos amplitud del horario como a las cervecerías, porque si se puede estar trabajando hasta las 23 horas distribuís mejor a la gente y evitás aglomeraciones”, solicitaron.
En tanto, pidieron además “una compensación financiera porque realmente ya estuvimos cuatro meses mal durante la primera instancia», de la que mencionaron que «proporcionalmente a los gastos si bien es una ayuda bien intencionada y que sirve de mucho siempre es como una curita que quiere tapar una herida grande”, concluyó Morón.