El CENPAT, el Hospital y pacientes trabajan de forma mancomunada en el análisis y desarrollo de aceite de cannabis con el objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes, el objetivo principal es reducir el dolor en tratamientos específicos y por sobre todo generar conciencia sobre la calidad del consumo, las dosis indicadas, su procedencia y composición. Se comparte información y experiencia valiosa.
Si bien son conocidos los efectos terapéuticos del aceite de cannabis, la ciencia, en la ciudad de Puerto Madryn, se convirtió en una pieza clave que posibilitó a las personas usuarias conseguir las dosis y el tratamiento adecuado, comenta Con Sello Patagónico.
“Muchas familias no sabían exactamente qué estaban consumiendo. Qué contenía el aceite que habían comprado ni en qué proporción. Tampoco a partir de qué cepas de cannabis se había realizado. En ese contexto, pensamos que podíamos colaborar tanto para medir y cuantificar el aceite que estaban consumiendo como para ayudarlos a elaborar los propios. No es lo mismo contar con una cepa en la que prima entre sus compuestos químicos el cannabidiol (CBD), que se utiliza, por ejemplo para tratar la epilepsia; que otra cepa, con alto contenido de tetrahidrocannabinol (THC), que se utiliza, entre otras cosas para aliviar el dolor”, afirmó Mariana Lozada, investigadora independiente del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET).
Así, visto que varias de las personas usuarias, padecían patologías complejas, se comenzó a elaborar un proyecto en conjunto con personal de la salud del Hospital de la ciudad, Andrés Ísola, para abordar los tratamientos de la forma más eficaz posible.
“Interactuamos con profesionales de la salud que tienen pacientes que consumen el aceite. Les informamos qué contiene ese aceite y según el diagnóstico indicado por los y las profesionales, colaboramos en la elaboración que se necesita. Trabajamos en equipo y estamos consiguiendo resultados muy interesantes”, aseguró Lozada.
Para realizar los preparados, el grupo de trabajo utiliza toda la planta, lo que se conoce en el ambiente como Fitoterapia. Es decir, no se aíslan los compuestos por separado.
“Existen amplias evidencias que indican que los preparados de planta completa de Cannabis son una alternativa terapéutica interesante. Estos preparados presentan el ya conocido “efecto sinérgico”, por el cual a partir de la mezcla de diversos compuestos (cannabinoides, flavonoides, terpenos) se evidencia un mayor efecto terapéutico del preparado y de modular sus posibles efectos secundarios no deseados”, explicó.
Lozada, indicó así, que el aceite de cannabis permite tratar un espectro muy amplio de patologías: “Se usa para el dolor, para el insomnio y la ansiedad. También en patologías minoritarias pero severas como el autismo y la epilepsia y en pacientes que se encuentran en una etapa terminal, para aliviar el dolor y darles una opción de calidad de vida”.
Actualmente y a través de la Asociación Cannabis Terapéutico Puerto Madryn conformada por personas usuarias, personal de la salud y trabajadores de la ciencia, se está acompañando, con rigurosidad científica y supervisión médica, a 150 pacientes.
ASESORAR Y LEGISLAR PARA BENEFICIO DE LOS USUARIOS
Desde finales del año 2019, funciona el Consejo Consultivo de Cannabis Medicinal de Puerto Madryn, en el que representantes de distintos ámbitos trabajan con el objetivo de diseñar políticas públicas efectivas en relación al cannabis medicinal.
Gregorio Bigatti, investigador principal en el Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET), participa del Consejo.
“A comienzos del 2020, logramos conformar un grupo con todos los actores implicados en el uso del cannabis medicinal. Se discutió y mejoró un proyecto de ordenanza que se aprobó a fin de año por el cual se permite el autocultivo, el cultivo solidario y la provisión de aceites por parte del municipio de Puerto Madryn. Desde el Consejo se planean distintas capacitaciones sobre cultivo, elaboración segura de aceite de cannabis, aspectos legales y de la salud para el año 2021”, señaló.
A su vez, un equipo del CCT CONICET-CENPAT participa de la Red Argentina de Cannabis Medicinal (RACME), donde se trabaja sobre distintos ejes como ciencia básica, analítica, producción, legislación e investigación clínica. Esta red, formada mayoritariamente con personal de CONICET también cuenta con la participación de distintos actores, como asociaciones de usuarios y cultivadores de cannabis, Instituciones Estatales, legisladoras”.
LA CIENCIA AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Rolando González, director del CCT CONICET-CENPAT aseguró que “el abordaje a la problemática del uso del cannabis se ha dinamizado en los últimos tiempos, en parte gracias al cambio de perspectiva con la nueva gestión nacional. Se ha migrado desde un paradigma punitivista, que impedía la investigación científica y la interacción con el sector médico y los y las usuarios y usuarias, a un nuevo escenario en que esas relaciones se han naturalizado y potenciado. En este nuevo esquema, todo el aparato científico del CENPAT, desde los especialistas en bioquímica, estudios clínicos, análisis químicos de laboratorio, especialistas en botánica, hasta los laboratorios donde empleamos equipamientos sofisticados y valiosos, se alinean para el objetivo superador que se busca entre todas las partes: hacer llegar al público usuario, fitopreparados de calidad, en un contexto de investigación científica, tanto de aspectos básicos que se desconocen, como en la práctica clínica y hospitalaria. Somos conscientes que la población usuaria ha sufrido el punitivismo históricamente. Acompañarlos en esta nueva fase prometedora que impactará positivamente en la calidad de vida de esas familias es parte de nuestro rol social”.