El endeudamiento alcanza al 51 por ciento de los adultos, es decir, más de la mitad de los argentinos, siendo la tarjeta de crédito el instrumento más utilizado. Además, se duplicó la mora de las familias: el 5,1 por ciento de las carteras presentan irregularidades en el pago de tarjetas y préstamos personales, según el último dato del Banco Central, correspondiente a septiembre de este año. En ese mismo mes, pero en 2015, representaban el 2,2 por ciento del total de deudores.
“Las familias endeudadas son uno de los mayores problemas que tenemos”, aseguró el presidente electo, Alberto Fernández. Analistas económicos consultados por Página 12 explican cómo salir de este laberinto, en un contexto de tasas de interés por las nubes y caída del poder adquisitivo de los salarios.
“El sueldo es un auto que va a 30 kilómetros por hora. La suba de los precios va a 50 kilómetros por hora. Y las tasas de las tarjetas de crédito van a 200 kilómetros por hora. Si no hay un plan para descomprimir, la deuda con los meses es más pesada y es imposible salir de esa situación”, aseguró Nicolás González, contador especialista en finanzas y educación financiera. Según su mirada, una posible solución podría ser un esquema de refinanciación con tasas razonables. “Si hoy pagas sólo el mínimo de la tarjeta de crédito, la deuda se capitaliza a razón del 200 ó 250 por ciento anual”, detalló.
En este sentido, destaca políticas de salvataje de deudores que se están llevando a cabo en otros países, como Costa Rica que aplicó un sistema de tope en las tasas de interés. “Llevaron a que las condiciones sean más pagables, pero a la vez el nuevo crédito implicaba tomar un curso de educación financiera para prevenir situaciones de mala administración personal”, explicó González. Además, afirmó que todo el sistema económico debería interesarse por esta problemática: “El endeudado deja de consumir, si buscan rehabilitar el consumo, hay que descomprimir la presión de la deuda”, agregó.
En esta misma línea se expresó el analista financiero Christian Buteler. Considera que las medidas a tomarse tienen que estar relacionadas a mejorar el salario real de los trabajadores. “La mejora del salario va a permitir cancelar deudas que se generaron porque el costo de vida es muy alto y el dinero no alcanza”, aseguró. Canceladas las deudas, esto podría derivar en una mejora en el consumo y a la vez, tener un impacto positivo en las empresas. “Esto tiene que ser impulsado desde el Gobierno”, afirmó Buteler. Al igual que las familias, las empresas también se encuentran en una grave situación. La proporción de carteras irregularidades estuvo entre el 1 y el 2 por ciento desde 2015 y hasta 2018. En enero de este año superó el 3 por ciento, en abril el 4 y en septiembre alcanzó el 5 por ciento (último dato difundido). Hay que remontarse al 2006 para encontrar un dato tan alto.
Daniel Arroyo, actual diputado y uno de los nombres que más suena para conducir el futuro Ministerio de Desarrollo Social, dijo a este diario que resolver el problema del sobreendeudamiento es uno de los tantos caminos para reducir la pobreza, o al menos evitar que siga aumentando. Una de las medidas sería ofrecer créditos no bancarios con tasas del 3 por ciento para el desendeudamiento de las familias. Los datos de mora mencionados, correspondientes al Banco Central, sólo hacen referencia al sistema bancario formal, por lo que no toman en cuenta lo que ocurre en financieras o fintech que tienen créditos con más fácil acceso, pero a tasas mucho más altas.
En este sentido, Estanislao Malic, economista especializado en bancos y finanzas, dijo que será una “deuda pendiente” del próximo gobierno regular el sistema financiero no bancario. Un grupo de préstamos de consumo digital llamado 4Finance, presente en Argentina bajo la marca Vivus, realizó un estudio del comportamiento de las personas que toman un préstamo personal no bancario. El principal uso fue para para deudas, en un 24 por ciento de los casos consultados, y entre los restantes destinos se destaca pagar el resumen de la tarjeta de crédito (16 por ciento). Cabe destacar que el costo financiero total anual de esta compañía es como mínimo de 817 por ciento y puede superar los 5500 por ciento. “Los que están en la peor situación son los que no tuvieron acceso al mercado formal de crédito, que en general son las clases populares. Si a esa persona le das un crédito con un organismo estatal para cancelar con una financiera, le salvás la vida”, metaforizó.
Para Malic, un mecanismo para salir de este laberinto podría ser que el Banco Central realice una presión generalizada para bajar las tasas de interés, como puede ser la baja en la tasa de referencia. Sin embargo, considera que la mejor forma de salvar acreedores es con políticas específicas y heterogéneas según el tipo de deudor y el pasivo que tiene, ya que no es lo mismo alguien que tiene un crédito UVA o un crédito personal. “Todo esto fue producto de un sistema financiero desregulado, en el que cada uno puso la tasa que quiso”, agregó.
Por su parte, Ariel Setton, especialista en medios de pago, opinó que pagar el mínimo de la tarjeta de crédito nunca es una solución, sino que se “patea” el problema para más adelante. Entre las alternativas para afrontar esta problemática, plantea la de intentar aumentar los ingresos con algún trabajo extra, reducir los gastos, o buscar una entidad con el costo financiero total más bajo que el que tiene la deuda actual. Los analistas consideran que siempre el primer paso tiene que ser consolidar la deuda total, para luego ver cómo afrontarla. “Las soluciones son relativas porque los actores son disímiles. El problema acá fue que el Estado propuso proactivamente la baja del poder adquisitivo por ajustes salariales por debajo de la inflación, por lo que cada vez lo que queda del salario para los gastos es menor”, concluyó.