La explotación petrolera en las Islas Malvinas podría generar millonarios ingresos para el gobierno isleño si se concretan las intenciones del Reino Unido de avanzar con las tareas de perforación y exploración de la empresa israelí Navitas Petroleum, a unos 240 kilómetros al norte de Puerto Argentino, en Sea Lion.
En Malvinas las autoridades locales abrieron una consulta popular el 24 de junio de este año, de acuerdo a lo que publicó el departamento de Recursos Minerales de la administración kelper, para saber si respaldan el plan para extraer hasta 500 millones de barriles de petróleo.
De acuerdo a lo publicado por el diario inglés The Telegraph “se cree que el campo contiene 1700 millones de barriles de petróleo, lo que lo hace varias veces más grande que Rosebank, el mayor desarrollo planificado para el propio Mar del Norte del Reino Unido, que se estima que contiene 300 millones de barriles”. El mismo medio consignó que “podrían beneficiarse de millones de libras en regalías e impuestos aplicados a las ganancias, transformando potencialmente toda la economía de las islas, que actualmente depende de la cría de ovejas y la pesca”.
El Gobierno argentino, que mantiene su disputa de soberanía sobre el archipiélago austral, todavía no se pronunció públicamente sobre la cuestión. “Es objeto de análisis para determinar eventuales acciones diplomáticas correspondientes”, dijeron fuentes de la Cancillería que consultó Infobae.
La canciller argentina Diana Mondino expresó recientemente en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas el 18 de junio que la administración libertaria quiere una “relación madura” con Londres, a la vez que rechazó el argumento británico referido a la libre determinación de los habitantes de las islas. Mondino refutó los argumentos que Gran Bretaña despliega desde el siglo XIX. “La actual composición de la población de las Islas es el resultado de la colonización por parte del Reino Unido, quien luego de ocupar por la fuerza el territorio y expulsar a las autoridades argentinas, implementó medidas para impedir el asentamiento de argentinos desde el territorio continental y favorecer el establecimiento en las Islas de súbditos británicos, con el propósito de definir una composición demográfica a la medida de sus intereses”, dijo la ministra, quien renovó el reclamo de soberanía.
Unos meses antes, con la visita de David Cameron, su par británico, a las Malvinas se habían producido algunas rispideces entre ambos, que incluyeron algunos posteos en sus respectivas redes sociales.
Además, las actividades de la empresa israelí involucrada que desde hace tiempo viene desarrollando su tarea en Malvinas y todo su área circundante, ya fueron cuestionadas por la gestión de Alberto Fernández en septiembre del año pasado. Navitas Petroleum LP había recibido en 2022 una sanción de 20 años por operar dentro de la plataforma continental argentina sin contar con la habilitación correspondiente. El reclamo fue dirigido no solo al Reino Unido sino que también alcanzó a Israel.
The Telegraph también remarca en su artículo que “el desarrollo de Sea Lion implicaría perforar en 1.500 pies de agua en el Atlántico Sur, reconocido como uno de los océanos más salvajes del mundo. El proyecto perforaría 23 pozos para acceder a hasta 500 millones de barriles de petróleo inicialmente”.
Otro de los aspectos en los que hace hincapié la publicación es sobre los impactos ambientales que causaría. “La cantidad de aceite producido abriría un enorme agujero en las promesas del Reino Unido de reducir las emisiones”, señala el periódico. Y agrega que “el Partido Laborista, que se perfila como ganador de las elecciones británicas de este 4 de julio, ha resaltado como objetivo acelerar la transición energética y ha prometido prohibir toda nueva exploración de petróleo y gas en aguas británicas”. Esa prohibición, de todos modos, no afectaría a las Malvinas, porque la administración local es la que tiene voz y voto sobre los derechos de perforación en las aguas circundantes.
Los laboristas se niegan a negociar sobre soberanía
Mientras tanto, ayer, en una ronda de prensa en Londres, el portavoz de Asuntos Exteriores del Partido Laborista británico, David Lammy, respondió un rotundo “no” a la pregunta de si un Gobierno liderado por esa fuerza política estaría dispuesta a negociar con el presidente argentino, el libertario Javier Milei, la soberanía de las islas Malvinas.
Según la agencia de noticias EFE, Lammy, quien presumiblemente será el próximo jefe de la diplomacia británica si el laborismo gana las elecciones del 4 de julio como anticipan las encuestas, dijo también que quiere un “diálogo” con Argentina sobre asuntos de interés bilateral.
Lammy, cuyos padres son de origen guyanés, resaltó el interés de un Gobierno presidido eventualmente por Keir Starmer de impulsar un mayor vínculo con los países del Caribe y América del Sur. También señaló que la política exterior laborista tendrá “constancia”, para diferenciarla de los constantes cambios de primer ministro y de ministros que se produjeron durante los últimos gobiernos conservadores.