La movida peronista por el Consejo de la Magistratura renovó el malestar entre esos socios. Pero el frente oficialista se compone además de una tercera pata, donde las cosas tampoco andan muy bien.
El sacudón que le dio el peronismo a Cambiemos cuando se quedó con la representación de la mayoría por Diputados en el Consejo de la Magistratura renovó los cortocircuitos entre el radicalismo y el PRO, que existen desde casi el origen del frente político que los aunó.
Esa tensión se expuso en los días posteriores a la jugada panpejotista que reunió a peronistas federales, massistas y kirchneristas para conformar un bloque ad hoc que les permitiera arrebatarle una banca al oficialismo en el estratégico órgano de selección y remoción de jueces.
La UCR puso en el grito en el cielo. Emitió un comunicado repartiendo culpas, vació de representación radical a la última reunión de gabinete ampliado y generó un clima que impidió la realización de la sesión en Diputados prevista para esta semana.
Desde el PRO salieron al cruce.
Pero los chisporroteos dentro de Cambiemos no se limitan al enojo radical. Hay que recordar que además de la UCR y el PRO, el frente que llevó a Mauricio Macri al poder también incluye a la Coalición Cívica. En síntesis, a Elisa Carrió.
‘Lilita’ supo cultivar una estrecha relación con Macri, y también fue la que más nervioso supo poner al Presidente. Hoy el diálogo está cortado. La presión de la diputada para iniciar un juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, y otros desplantes contra el Presidente generaron un escenario incómodo para esa relación.
Carrió está corrida de la escena. La última intervención de relevancia fue un dardo contra Daniel Angelici, uno de sus habituales blancos. Tampoco estuvo reunida con Macri. Lo confirmó una de sus colaboradoras, la diputada Marcela Campagnoli, en declaraciones a AM 530.
La legisladora dijo que «hace más de un mes» que Carrió «no es convocada» por el Gobierno. «No estamos participando de decisiones estratégicas», agregó en una queja que ya se le había oído a los radicales.
Y si bien confirmó que «hubo un enfriamiento» en el vínculo, estimó que «se va a superar» y rechazó de plano que pueda haber una ruptura con Cambiemos. «No, en absoluto, somos fundadores, ¿cómo nos vamos a ir?», aclaró.
De todos modos, el aquí y ahora del frente oficialista es el de una fuerte tensión entre todos sus socios.