«Encontré sí un trabajo, pero bueno, me pagan mil pesos la hora, que es muy poco y no hago nada, pero igual lo agarré porque no tenía otra cosa», expresó Sol en dialogo con Fm La Petrolera. Ante esta situación, decidió emprender un negocio de venta de pan casero y tortas fritas, una iniciativa que le está dando resultados positivos.
«La idea surgió porque bueno, no conseguía trabajo y veo que salgo igual», mencionó Sol, refiriéndose a la necesidad de buscar alternativas para mantener a sus hijos. Sin embargo, las dificultades económicas persisten, ya que necesita comprar pañales, alimentos y ropa abrigada para sus pequeños.
Actualmente, Sol y sus hijos residen en el barrio Máximo Abasolo, donde enfrentan las bajas temperaturas de la zona. «Estoy juntando la plata ya», mencionó Sol, indicando su deseo de conseguir un lugar propio para vivir.
En un gesto de generosidad y solidaridad, Sol dejó su número de teléfono (297-4361-483) para aquellos que deseen colaborar. «Harina, levadura y más que nada ropita abrigada, porque donde estamos hace mucho frío», mencionó Sol, destacando las necesidades más apremiantes.
Además, Sol expresó su disposición para trabajar en el cuidado de niños o abuelos, mencionando su experiencia previa en este campo. «No tengo horario, ni problema de horario», aseguró, mostrando su determinación para salir adelante.
La historia de Sol refleja la fuerza y valentía de una madre que lucha por el bienestar de sus hijos, enfrentando desafíos con esperanza y emprendimiento. Su ejemplo inspira a la comunidad a unirse y brindar apoyo en estos momentos difíciles.
