Mediante un decreto, limitó un régimen de financiamiento a las obras socieles y ARTs creado por Duhalde. Las instituciones grandes serán las más afectadas.
Mauricio Macri complicó la ya débil situación económica de los clubes de fútbol con un decreto que aumenta las contribuciones que deben hacer a la seguridad social. Era una idea del presidente para complicar sus balances y presionarlos a aceptar la incorporación de sociedades anónimas a la administración de los clubes.
A través del decreto 231, publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno aplica fuertes restricciones a las contribuciones al sistema de seguridad social de los trabajadores del fútbol realizadas mediante aportes de la transferencia de futbolistas, recaudación de entradas y derechos de televisación.
Existen a partir de un decreto de Eduardo Duhalde, incrementado por otro de Cristina Kirchner, que para Mauricio Macri permitió hacer una caja extra en los clubes que ya no tiene sentido sostener.
En 2016, en plena pelea por la AFA y la televisación, Alberto Abad (que en 2003 era jefe de la AFIP) realizó una conferencia de prensa con el único objetivo de amenazar a los clubes con la modificación o derogación del decreto duhaldista.
Aseguró esa vez que desde 2003 el Estado había subsidiado a los clubes por 1350 millones de pesos y pidió subirles la alícuota a una franja que vaya del 10 al 29 por ciento, además de aplicarlo en otros rubros.
El nuevo decreto sostiene estas contribuciones pero lo restringe al pago de contribuciones patronales y además obliga a los clubes a ingresar los aportes de sus trabajadores como cualquier empleador del país. «Forman parte de su salario y son retenidos al momento de pago», destacan los fundamentos.
El Gobierno asegura que el universo de los trabajadores del fútbol se ha triplicado en estos 17 años y sugiere que los clubes habrían fraguado sus balances para ocultar ingresos por estas retenciones y aun así el régimen de seguridad social está desfinanciado. «El desfase entre lo ingresado y lo que hubiere correspondido ingresar ha aumentado considerablemente año tras año», señala el decreto.
Las percepciones seguirán en un 7.25% y estarán dedicadas además a la cancelación de saldos corrientes, pero ya no podrán suplantar los aportes a la seguridad social y a las ART retenidos por los clubes. Los más golpeados serán los grandes por ser los que tienen una plantilla de empleados más numerosa.
Además, se excluye los aportes a los institutos de enseñanza y hasta prohíbe usar las percepciones para cancelar deudas con los subsistemas de la seguridad social devengada hasta el mes en el que club empezó a beneficiarse de este régimen, que para Macri es un despilfarro.