El Presidente Mauricio Macri encabezó este jueves la inauguración del puente Olímpico Ribera Sur, que conecta a la Capital Federal, a la altura del barrio de Villa Soldati, con la provincia de Buenos Aires a través del partido de Lanús. Y si bien esbozó una autocrítica al asegurar que «este es un equipo que no es perfecto» porque «la perfección no existe», afirmó que «no se puede dudar que es un equipo con buenas intenciones, con honestidad y con un eje profundo en el hacer».
«Esto es haber terminado con un sueño de 50 años haciéndolo realidad», dijo el mandatario quien habló en el acto realizado del lado porteño acompañado del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, la gobernadora María Eugenia Vidal, y el intendente de Lanús, Néstor Grindetti.
Macri reiteró su discurso sobre el «cambio» que «decidimos los argentinos» que implica decirle «basta a la mentira, a la trabas y a las mafias».
«Vamos a ser a y construir ese país que todos soñamos», dijo y agregó: «claro que cuesta y falta, y nos está costando mucho, pero estamos poniendo todos el hombro».
Y si bien esbozó una autocrítica al asegurar que «este es un equipo que no es perfecto» porque «la perfección no existe», afirmó que «no se puede dudar que es un equipo con buenas intenciones, con honestidad y con un eje profundo en el hacer».
Macri quiso contrastar con el gobierno anterior en cuanto a la calidad de la gente que lo acompaña en medio de los procesamientos por la causa de los cuadernos, pero al mismo tiempo marcó un contrapunto con ponderaciones previas sobre sus colaboradores, los que -según el mismo Presidente- integraban «el mejor equipo de los últimos 50 años» –según publica Urgente 24-.
El mandatario también busco confrontar con el kirchnerismo al afirmar que las obras «las podemos hacer respetando las fechas que se inician y terminan, y sin que nadie se lleve un mango que no corresponde».