El nombre de quién acompañará al Presidente en su reelección no está todavía definido y no hay ninguna razón para adelantarlo en este momento, cuando las candidaturas tienen que presentarse el 22 de junio, aseguró una alta fuente del Gobierno. «Mauricio Macri siempre tomó la decisión a último momento, con el escenario más claro, por qué alguien puede creer que en este caso se hará de otro modo», fue la precisión que se hizo.
En el 2015, Macri anunció que sería Gabriela Michetti quien lo acompañaría en la fórmula a 24 horas del vencimiento del plazo para inscribir candidatos ante la Justicia Electoral, y 48 horas después que Daniel Scioli anunciara que sería acompañado por Carlos Zannini. Hasta entonces, el entonces Jefe de Gobierno había analizado distintas posibilidades y, efectivamente, no se había decidido por ninguna.
En los últimos días circularon rumores de que tras la visita de Enrique «Coti» Nosiglia a Casa Rosada, un viejo amigo del Presidente que se había distanciado desde la llegada de Cambiemos al poder, la mesa chica del Gobierno había tomado esa decisión.
Es que algunos dirigentes radicales habían hecho trascender que la UCR podía decidir en la convención partidaria que se realizaría en mayo, la salida de la coalición, tal como lo expresaron públicamente el titular de ese ámbito, el cordobés Jorge Sappia, y los bonaerenses Ricardo Alfonsín y Federico Storani.
Sin embargo, el buen diálogo que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, mantuvieron con el mítico Nosiglia no abordó la integración de la fórmula, sino que se analizó la coyuntura económica y las perspectivas para los próximos meses. También se discutieron las alternativas de la competencia electoral, buscando definir si Cristina Fernández de Kirchner se presentará o no como candidata, y las chances que puede tener Roberto Lavagna para crecer. «Todavía no tiene candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires, si eligiera un candidato de perfil bien peronista, su candidatura podría funcionar, pero aún no lo tiene», se comentó.
En Casa Rosada se comprende la situación interna que tiene el radicalismo, con algunos sectores que están fuera de los espacios de gestión nacionales y distritales, que «obviamente presionan para que la UCR tenga mayor injerencia en las decisiones del Gobierno, lo que efectivamente hasta ahora no se dio». «Tampoco creemos que por integrar la fórmula se resuelva esa tensión, tenemos que ir a un esquema distinto para gestionar en un eventual segundo mandato», agregaron.
La tradición en el PRO es que Macri sea acompañado por una mujer, lo que viene impulsando desde el 2007, cuando ganó por primera vez como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y fue acompañado por Gabriela Michetti. En cambio, en su reelección, fue acompañado por la actual gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
Oficialmente, Peña insiste en que Michetti, la actual vicepresidenta, debería renovar el cargo, junto al Presidente. Sin embargo, hay otros nombres que suenan, desde la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, hasta la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Stanley y Bullrich tienen perfiles contrapuestos, que suponen dos estrategias distintas en materia electoral y sus gestiones son igualmente valoradas por un amplio espectro, que supera a los votantes de Cambiemos.
También volvieron a circular en las últimas semanas la posibilidad de que la fórmula por primera vez esté integrada por algún hombre del espacio, como Peña o Frigerio, incluso uno de los fundadores de Cambiemos, Ernesto Sanz, aunque él ya esté afuera de cualquier tarea política junto al Gobierno.
Esos nombres se suman a la posibilidad de que el actual gobernador de Mendoza y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, o el diputado Martín Lousteau, sean los candidatos a vicepresidente de Cambiemos, aunque es muy difícil que Macri se lance a una elección sin la seguridad de que tiene la espalda cubierta, lo que definitivamente no sentiría con quienes no conoce lo suficiente en términos políticos ni personales.
Como sea, el Presidente quiere mejorar el vínculo con sus principales aliados, a quienes no solo necesita en los días de elección, sino para mejorar el ánimo del electorado, que se siente agobiado por la inflación, los aumentos de tarifas, las altas tasas bancarias y el clima desesperanzado.
Lo que todavía no se resolvió en el Gobierno es cómo gestionar esa inclusión en la Casa Rosada durante el año electoral, de modo de evitar los cortocircuitos permanentes. En su momento, la incorporación de Fernando Sánchez como secretario de Fortalecimiento Institucional de la Jefatura de Gabinete sirvió para mejorar la relación con la Coalición Cívica.
¿Se estaría pensando algo así? «La CC es un partido más joven, más chico y más unipersonal, no es el caso del radicalismo, que es más complejo y diverso, expandido en todo el territorio y con una enorme historia, pero podríamos evaluarlo», dijo un hombre del oficialismo.