El presidente tomó la decisión de ajustar a fondo y aún sin el el acuerdo del PJ. El durísimo recorte del presupuesto.
Mauricio Macri decidió tirar por la ventana lo que quedaba del gradualismo. Luego de intensos diálogos con Nicolás «Nicky» Caputo y otros factores de poder real, decidió concentrar todo el poder en Nicolás Dujovne para que haga el ajuste fiscal que venía rehuyendo desde que asumió.
Con una novedad: Ya no buscará un acuerdo con el peronismo para diseñarlo y hacerlo realidad. «Decidió hacer el ajuste sólo y si es necesario ir contra kirchneristas y dialoguistas», anticipó a LPO una fuente al tanto de las novedades. Lo notable es que hasta el viernes pasado, Macri trabajaba un acuerdo con el PJ dialoguista para sacar el ajuste.
Pero la caída de todos los indicadores del mercado, convencieron al gobierno que no hay margen para esperar al acuerdo con el peronismo, que en el mejor de los casos se plasmaría el 15 de septiembre en la presentación del presupuesto.
La escenificación de este cambio se produjo a media mañana, cuando Dujovne citó a su despacho del Palacio de Hacienda a todos los ministros y funcionarios importantes del Gobierno. Allí se anunció un ajuste durísimo que incluye la decisión de bajar a cero cualquier gasto extra desde ahora hasta el 15 de septiembre cuando se presente el nuevo presupuesto, que incluirá un ajuste drástico.
Macri y Dujovne decidieron que el presupuesto para el 2019 que presentarán en el Congreso tendrá el mismo monto nominal que el de este año, lo que implica un ajuste real de al menos el 30 por ciento del gasto, que es la inflación proyectada.
La idea de Macri y Dujovne es que el presupuesto del 2019 tenga en términos nominales el mismo tamaño que el actual, lo que significa un ajuste real que rondará el 30 por ciento, si se tiene en cuenta la inflación proyectada. «Sólo se van a actualizar las prestaciones sociales», anticipó a LPO un funcionario al tanto de los planes.
Esto significa no sólo que se va a reducir brutalmente la obra pública, sino que incluso las paritarias con los estatales serán durísimas.
En la reunión de este lunes, Dujovne anunció que ninguno de los ministerios podrá tomar medidas con costo fiscal extra hasta el cierre del presupuesto 2019
Esto implica no sumar gastos en personal y contratos de locación de servicios y atenerse a los fondos que están incluidos en el Presupuesto 2018 sin sumar extras ni redeterminaciones de precios. De por sí eso ya significa un ajuste habida cuenta de la inflación que detonó las metas del Gobierno en el primer semestre y la devaluación del peso en más del 53 por ciento en lo que va del año.
Hace tan sólo 17 días, se publicó en el Boletín Oficial un DNU por el cual se autorizó un incremento de gastos por $82.050 millones, un reajuste de precios que el Gobierno hace al Presupuesto frecuentemente y que ahora, con la medida ordenada por Dujovne, no podrá hacer.
«Dado el contexto internacional y la volatilidad observada en los mercados financieros durante las últimas semanas, hay un acuerdo total entre todos los ministros del gabinete económico de que la prioridad absoluta hoy es la reducción del déficit fiscal», informaron las fuentes.
«Los ministerios harán un esfuerzo pensando en las políticas de cada uno de sus ministerios, pero la prioridad uno es la baja del déficit programado», agregaron en el Ejecutivo.
Sin embargo, pese a ese voluntarismo el ascenso de Dujovne a superministro ya genera rispideces en el gabinete. Los ministros sienten que sus funciones quedaron al mínimo con los recortes impuestos desde Hacienda.
«Dujovne pasó a ser el único ministro de Macri», sintetizaron a LPO fuentes del Gobierno. «La política educativa la hace Dujovne, la política sanitaria la hace Dujovne», rezongaron. El ministro, como explicó LPO, tiene más poder que nunca luego de que el presidente entendiera, gracias a una intensa presión de su amigo Nicolás Caputo, que necesita un ministro de Economía con poder para enfrentar la crisis.
Los gobernadores, en tanto, se quejan de un atraso en las transferencias presupuestarias que el Gobierno hace las provincias. Incluso los mandatarios de Cambiemos, como el jujeño Gerardo Morales, se quejaron por el atraso de los pagos.
Si bien en el peronismo hablan de 8 mil millones de pesos, en la Rosada explicaron a LPO que la diferencia entre el presupuesto devengado y el que todavía no cobraron las provincias en lo que va del año es de 2500 millones de pesos y que el Ejecutivo se comprometió a ponerse al día entre julio y agosto.