
Sucede que, en medio de los rumores crecientes de una devaluación, que se supone será la moneda de cambio tras el inminente acuerdo con el FMI, los aumentos anticipados para “cubrirse” frente a un salto del dólar, se imponen en los comercios.
La última medición de la consultora LCG que monitorea 8.000 precios en cinco cadenas de supermercados, detectó una suba semanal del 0,8%. Es decir se aceleró respecto del 0,4% de la semana anterior y lleva el acumulado mensual a un aumento del 3,7%.
Son varias las consultoras que decidieron corregir sus estimaciones mensuales de la inflación al alza debido a la presión que están ejerciendo los alimentos, un rubro de peso en el Indice de Precios al Consumidor (IPC).
Por caso, para la consultora de Orlando Ferreres, la suba de los alimentos fue muy fuerte en marzo (4,9%), con lo cual llevó su pronóstico de inflación mensual al 2,9%.
Otros economistas manejaban hasta ahora, la hipótesis de una suba superior al 2,5% aunque sin traspasar la barrera del 3%. Algo que parece estar cambiando en los últimos días.