Una gran investigación de trabajadores de la salud, sugiere que la mayoría de las personas son inmunes durante meses, pero pueden portar altos niveles del virus en la nariz y en la garganta.
La mayoría de las personas que contraen COVID-19 y se recuperan probablemente sean inmunes durante varios meses después, según detectó un estudio denominadoSIRENque ha implicado a más de 20.000 trabajadores de la salud en el Reino Unido y que fue publicado en The Lancet.
El estudio llegó a la conclusión de que las respuestas inmunes de infección pasada pueden reducir el riesgo de contraer el virus de nuevo en un 83% durante al menos 5 meses.
“En el transcurso del año pasado, los informes de infecciones repetidas con SARS-CoV-2 han debilitado la confianza en la capacidad del sistema inmunológico para mantener sus defensas contra el virus. Los resultados provisionales del estudio mitigan algunos de esos temores -explicó la investigadora principal Susan Hopkins,asesora médica senior de Public Health England en Londres-. Los datos sugieren que la inmunidad natural podría ser tan efectiva como la vacunación, al menos durante el período de cinco meses que el estudio ha cubierto hasta ahora”.
Los datos sugieren que las infecciones repetidas son raras: ocurrieron en menos del 1% de aproximadamente 6.600 participantes que ya habían estado enfermos con COVID-19. Pero los investigadores también encontraron que las personas que se reinfectan pueden portar altos niveles del virus en la nariz y la garganta, incluso cuando no muestran síntomas. “Tales cargas virales se han asociado con un alto riesgo de transmitir el virus a otros”, destacó Hopkins.
«Los datos sugieren que la inmunidad natural podría ser tan efectiva como la vacunación, al menos durante el período de cinco meses que el estudio ha cubierto hasta ahora”
“La reinfección es bastante inusual, así que son buenas noticias”, según apreciación del inmunólogo John Wherry de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia. Aunque advierte que “no implica ser libre de andar sin una mascarilla”.
SIREN es el estudio más grande de reinfección por coronavirus que detecta sistemáticamente infecciones asintomáticas. Cada dos a cuatro semanas, los participantes se someten a análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV-2, así como a pruebas de PCR para detectar el virus en sí.
Durante los cinco meses que duró el estudio, el equipo encontró 44 posibles reinfecciones. En el grupo de 14.000 participantes que no habían sido previamente infectados, 318 personas dieron positivo por el virus.
“Algunas de las reinfecciones aún se están evaluando”, explicó Hopkins. Las 44 se consideran reinfecciones “posibles”, y se clasificaron sobre la base de pruebas de PCR combinadas con medidas de detección para reducir el riesgo de volver a detectar el virus de la infección inicial. Hasta ahora, solo 2 de estos 44 casos han pasado pruebas más estrictas para ser clasificados como “probables”. El estudio no evaluó si los síntomas fueron mejores o peores durante la segunda infección que durante la primera, pero Hopkins señala que “solo alrededor del 30% de las personas con posibles reinfecciones informaron algún síntoma, en comparación con el 78% de los participantes con infecciones por primera vez”.
Durante los cinco meses que duró el estudio, el equipo encontró 44 posibles reinfecciones (EFE/ Gorka Estrada/ archivo)
Por el momento, el equipo no tiene suficientes datos para determinar quién podría estar en mayor riesgo de reinfección. El inmunólogo George Kassiotis del Instituto Francis Crick en Londres señala que los participantes en el estudio eran principalmente mujeres, y en su mayoría menores de 60 años. “Es poco probable que este grupo experimente la forma más grave de COVID-19, y puede que no sea representativo de la población en su conjunto “.
Los investigadores todavía están recopilando datos; esperan tener una idea de cuánto dura la inmunidad e investigar los efectos de una variante del SARS-CoV-2 llamada B.1.1.7, que surgió en 2020 y se ha extendido rápidamente por todo el país. “Aunque hay muchas razones para sospechar que la protección existente debería cubrir nuevas variantes, es posible que las respuestas inmunitarias generadas contra una variante sean menos efectivas contra otra -concluye Kassiotis-. Esa todavía es una pregunta abierta”.