Sudáfrica es el bicampeón del Mundo, el candidato a ganar el torneo, luego de llevarse claramente las series ante los Wallabies y Nueva Zelanda. Los Pumas llegaban como “la revelación”, en un lugar inédito para su historia ya que nunca había estado en la última fecha con posibilidades de ser campeón. Sin embargo, para eso, debía ganar con puntos bonus y más de siete tantos de diferencia, algo nada fácil para cualquier análisis previo.
Los dos introdujeron muchas variantes de acuerdo a las formaciones de siete días atrás: Sudáfrica cambió nueve nombres, con retornos muy importantes que tuvieron descanso y no viajaron a la Argentina. Felipe Contepomi también movió el equipo, con siete modificaciones, destacando el aspecto físico por sobre todo las cargas acumuladas en el exigente torneo.
Con un estadio que era un hervidero, el partido comenzó con las pulsaciones a mil. Sudáfrica salió a marcar el terreno de entrada y se metió en las 22 tardas de los argentinos. Generó una infracción, buscó el line y luego de otro penal pidieron el primer scrum, la gran fortaleza de los Springboks. Los Pumas defendían como podían, pero no pudieron aguantarlos y Fassi conquistó el primer try a los 7 minutos que con la conversión de Hendrikse puso el 7 a 0.