Cuando llegó, sobrevoló el destino y siguió. Se despertaron al oír la alarma.
El vuelo ET343 de Ethiopia Airlines partió de Khartoum y tenía como destino la ciudad de Addis Ababa. Llegó a destino sin problemas, pero cuando se aproximó a la ciudad, la sobrevoló a altura crucero y siguió de largo. El piloto y el copiloto se habían quedado dormidos y solo se despertaron cuando el piloto automático se desactivó y sonó una alarma, consigna TN.
El avión debía empezar a descender mucho antes de llegar a las cercanías de la ciudad de Addis Ababa, pero el radar muestra que nunca bajaron su altitud y siguieron de largo hasta que los pilotos se despertaron. Luego dieron la vuelta y aterrizaron en su destino.
Los operadores de la torre de control intentaron contactar con los pilotos pero no hubo caso, los dos estaban profundamente dormidos. En los registros del radar se puede ver claramente cómo pasan de largo y luego dan la vuelta para aterrizar donde debían.
La información recabada por el radar muestra que pasaron por encima de la ciudad a 37 mil pies de altura, que es la altitud en la cual el avión vuela por si solo en piloto automático. Un tuit de Alex Macheras, un experto en aviación, explicó lo sucedido:
“Incidente muy preocupante en la compañía aérea más grande de África: el Boeing 737 ET343 de Ethiopian Airlines seguía a una altitud de crucero de 37.000 pies cuando llegó a su destino, Addis Abeba. ¿Por qué no había empezado a descender para aterrizar? Los dos pilotos estaban dormidos”. Agregó que los dos tripulantes sufrían “fatiga de piloto”, algo que describió como bastante común.
Una persona comentó atónita: “Esperemos que ambos pilotos sean despedidos y que las autoridades de aviación inicien una investigación sobre los horarios de trabajo de la tripulación de esta aerolínea. Gracias a Dios que no pasó nada malo”.
Algunas personas intentaron empatizar con los pilotos, argumentando que podían haber estado trabajando demasiado. Otros catalogaron el incidente como una locura, un acto poco profesional y muy peligroso.
