Los gremios petroleros adelantaron ayer su decisión de subir a los yacimientos para preservar sus puestos laborales.
Una vez más la izquierda violenta de Daniel Murphy y Carlos Magno llevaron adelante a una derrota vergonzosa. Acá, los verdaderos perdedores son los chicos que pasan a ser ciudadanos de segunda por no tener las herramientas suficientes en cuanto a educación.
Luchas tontas y sin objetivos el caos por el caos mismo, eso es la izquierda de Murphy y Magno. La Provincia del Chubut está virtualmente paralizada. La cadena de pagos está rota desde hace tres semanas, generando una situación constante de huelga y cortes de Ruta.
Lo que se debe poner en evaluación es estos casos es que el daño que se produce cortando una ruta es mayor. Si se afecta la producción todos los trabajadores estatales estarán en peores condiciones. Con esta modalidad solo se logró perjudicar al único sector productivo que hoy está funcionando en la Provincia.
El paro decretado por los Gremios estatales generó serios inconvenientes, no solo para la operadoras sino también para las arcas de la Provincia, que recibe los fondos por regalías en función de la producción de las petroleras.
En este marco, es necesario recordar que Chubut recibe alrededor de 800 millones de pesos por mes en concepto de regalías. De las cuales pocos más de 550 corresponden a PAE, la mayor productora de la Provincia, sumando también a CAPSA, pero con valores menores.
Con más de 15 días de corte ininterrumpido, el Gobierno Provincial tiene ingresos menores a sus compromisos, sumando a “la pesada mochila” la macroeconomía y la recesión.
La solidaridad con el reclamo no se cuestiona, pero se debería reflexionar sobre los métodos de protesta que, cuando se prolonga como pasó actualmente, afectan a la única industria capaz de inyectar dólares a la caja provincial y motorizar la economía de la región.
A todas las pérdidas económicas, también se le deben sumar los destrozos en las camionetas, las humillaciones sufridas por los trabajadores petroleros al ser obligados a bajar de un colectivo de línea para que no suban a los yacimientos, intentando acceder hasta por la playa para mantener sus fuentes laborales, Pymes en jaque.
Estas tres semanas de cortes de ruta se estaban llevando puesta la industria hidrocarburífera, la única que motorizaba ingresos a las arcas provinciales. Las pérdidas son cuantificables, lo único que se logró en todo este tiempo fue provocar un efecto domino de caída en los ingresos, en los salarios y hasta corrían peligro los puestos de trabajo de los petroleros. Día que no se trabaja, día que no se cobra. Sin contar con que el domingo la operadora YPF anuncio la baja de 22 equipos en la Cuenca por los cortes llevados adelante por los estatales.
Toda una sociedad en vilo por la metodología irracional del corte de Ruta.