Desde que River Plate le renovó el contrato al ‘Muñeco’, el derrumbe de su desempeño ha resultado notable.
¿Cuál será el motivo de un River Plate irregular pero, además, descendente? Marcelo Gallardo parece no encontrar una respuesta más allá de que él también es responsable de lo que sucede porque es quien decide, junto a Enzo Francescoli, qué jugadores propone para incorporar, o qué jugadores no promueve desde las inferiores. Un caso concreto que puede cuestionársele a Marcelo Gallardo en el partido contra Talleres de Córdoba (River perdió de local otra vez, 0 a 1): estaba el joven Franco Alfonso en el banco pero eligió a José Paradela para ingresar. De hecho, la contratación de Paradela es uno de los fracasos de Gallardo.
El DT se encuentra bajo fuego. Pero la decadencia de River Plate ya era visible en 2021. No obstante, cuando se hicieron cargo los nuevos dirigentes decidieron apostar por ‘la continuidad‘ (su cliché electoral) e ignorar lo que ya era visible más allá del marketing de Rodolfo D’Onofrio para retirarse ‘pum para arriba’. En teoría, para Jorge Brito y Matías Patanian era menos riesgoso apostar por Gallardo que buscar un nuevo equipo técnico. Además, es obvio que Ramón Díaz no sería una opción inteligente. Ya fue.
El gran problema, de todos modos, es que al simpatizante riverplatense el campeonato local no es de su interés. Ellos quieren la Copa Libertadores, torneos internacionales que es donde creen que River encuentra prestigio y demuestra un estándar competitivo. Y la Libertadores es tabú para River desde que perdió la final con el Flamengo en Lima. El River 2022 no es para Libertadores. Pero tampoco lo fue el River 2021.
En los chats que frecuentan los simpatizantes de River Plate ya es frecuente encontrar mensajes tales como el siguiente: «Se agradece lo que hizo Gallardo pero hace 4 años que no gana nada». En verdad, pareciera que está ganando fuerza la idea de una renovación para ver si así se recupera lo perdido. Al parecer, Gallardo no ha logrado auto reciclarse.
Pero no abandonemos el enorme fracaso de José Antonio Paradela en River, una gran apuesta de Marcelo Gallardo.
Opinión de un simpatizante (¿o no importa qué opinan los simpatizantes?):
Para poner a Paradela significa que está perdido nuestro entrenador, no le encuentra la vuelta a la situacion y los jugadores no le responden hace tiempo. ‘El Muñeco’ tiene un escudo de la prensa muy grande. Ni Ángel Labruna lo tuvo. A cualquier entrenador del club ya lo hubiesen despedido hace tiempo. Gallardo se está salvando por el pasado pero ya no se exige como antes. River es la nada misma. Es momento que tomen decisiones los dirigentes con el fútbol. Basta de vivir del pasado. Todos son empleados del club y se les paga muy bien para que ganen títulos para la institución. No hay que alabar a nadie, sino ver la realidad.
Otra opinión en la web La Página Millonaria:
«Vamos a ser serios y críticos. En cualquier contexto de la vida hay escalones. Gallardo vino y revirtió la historia de los mano a mano con Boca. La realidad es que cubrió un hueco en la historia de River. Cumplió y revirtió la historia. Antes de Gallardo ganábamos campeonatos y perdíamos los clásicos. Con Gallardo fue al revés. Hay que saltar y evolucionar. Gallardo cubrió ese hueco. Ahora hay que seguir avanzando. Y apostar a un técnico más completo. En 8 años, 1 solo campeonato. Ahí tenés la explicación del por qué ningún equipo europeo lo buscó. Porque no es consistente en el juego.
Es cierto que River perdió ante Talleres en tiempo de descuento: Ortegoza recibió con campo de frente, nadie le salió, el volante entró en velocidad al área y pateó al primer palo. La pelota rozó en el poste y entró. Pero los 90 minutos anteriores fueron horribles. River Plate quedó con 32 puntos y se ubica a 7 del líder, Boca, diferencia que podría estirarse si Atlético Tucumán le gana a Estudiantes y llega a 41. Entonces, River quedó afuera de la disputa por el campeonato… muchas semanas por delante sin nada importante.
Última opinión de simpatizante:
«No es un resultado sacatécnico, es un partido sacatécnico. Y un torneo sacatécnico. Vos podés sufrir bajas, cambiar de caras el plantel, no estar fluido con los pases porque los jugadores no se conocen… Pero esto no. No tiene el menor atisbo de rumbo el equipo a esta altura. No tiene paciencia para armar juego, no presiona, no marca, nadie sabe de qué va a jugar el próximo partido. Hoy se tocó fondo. Ya ni siquiera pasamos del bochazo a Borja. Parecemos los de enfrente tirándole pelotazos al colombiano del equipo. Me cuesta imaginar a un equipo de Gareca, por dar un ejemplo, jugando tan mal y sobre todo siendo tan poco sólido en todas las líneas, con este plantel. Quizás haya que ir asumiendo que el Muñeco cómo técnico es un fenómeno más de motivación que un gran estratega, y que su efecto o llegada va acercándose a ser nulo.»