Luego del desalojo y las 200 detenciones de ayer, la policía reabrió las puertas de la Plaza Zuccotti y permitió la entrada de unos 750 miembros del movimiento «Occupy Wall Street», que volvieron ocupar ese espacio sin llevar carpas ni comidas, tal como lo dispuso el fallo judicial que los habilitó a mantener la protesta. Luego se celebró una asamblea en la que se discutieron asuntos logísticos, como dónde podrían comer y dormir los manifestantes.
Tras el desmantelamiento del campamento que, por pedido del dueño de esa plaza privada, llevó a cabo la policía, la jueza del Tribunal Supremo de Nueva York, Lucy Billings, permitió ayer a los manifestantes que vuelvan a desplegar sus tiendas en este parque privado. Sin embargo, el juez Michael Stallman resolvió que los activistas pueden volver pero no levantar de nuevo el campamento.
Stallman aseguró que las autoridades están en su derecho de impedir a los manifestantes que instalen tiendas, lonas y otras infraestructuras en la zona. La Policía procedió entonces a abrir las puertas, justo después del atardecer, y permitió la entrada a la multitud que rodeaba el parque en fila de uno en uno.