El ministro Guillermo Dietrich había decidido ir a fondo, aunque después del paro reabrió la negociación. Buscan discutir productividad.
Un día después del paro que afectó a 40 mil pasajeros y de un arranque del día complicado por las asambleas de la CATT que provocaron más demoras y cancelaciones, la empresa estatal informó que citó formalmente a los sindicatos aeronáuticos para «iniciar una ronda de negociación» y «retomar de manera urgente las conversaciones» para discutir «un nuevo acuerdo paritario y las condiciones para hacer a la empresa más competitiva».
A través de un comunicado, Aerolíneas remarcó que a su entender el diálogo «había comenzado de manera informal y fueron luego suspendidas unilateralmente por parte de los sindicatos», aunque de parte de éstos se sostiene exactamente lo contrario. Y sostienen además que no se dictó la conciliación obligatoria para evitar sentarse a negociar, además de intentar perjudicarlos ante la opinión pública.
En la nota, la compañía admite que el acuerdo paritario firmado en el año 2017, venció el 30 de setiembre de 2018. Justamente eso es lo que desató el actual conflicto, ya que según los gremios ese acuerdo contemplaba la actualización por cláusula gatillo hasta la firma de un nuevo convenio. Siempre según los sindicatos, Aerolíneas desconoció eso y no pagó en octubre una suba automática del 8%.
La firma también adelantó que la negociación no será sólo por el tema salarial e incluirá la cuestión de la productividad, que es la nueva arista que el Gobierno busca explotar para golpear a los gremios.» Hay que trabajar en mayor productividad, no en echar gente si la respuesta es no, inevitablemente llega esto a un achique de la compañía», planteó ayer Dietrich.
En ese sentido, la compañía indicó que «en agosto pasado citó a los seis sindicatos a conversar sobre los convenios laborales que coloquen a la empresa en igualdad de competitividad con las empresas aéreas que operan en la región», y que «la vocación de la compañía es retomar también esa discusión».
«Con ambos temas sobre la mesa, Aerolíneas espera poner en marcha un fructífero diálogo que permita acuerdos superadores de los conflictos que, en este último mes, dejaron sin poder volar en tiempo y forma a 85.000 pasajeros, los verdaderos damnificados de las protestas sindicales», completa el comunicado, en una admisión de que la nueva estrategia es bajar la tensión de la pelea.
Ese último párrafo indicaría que Dietrich no midió las consecuencias de ir a fondo contra los aeronáuticos, que pueden mostrar su poder fácilmente con medidas (aunque sean de pocas horas) que convierten a los aeropuertos de todo el país en un caos. Este medio ya se preguntó días atrás si el Gobierno estaba preparado para eso y si se había analizado el costo que podría tener terminar retrocediendo después de amagar con ir a fondo.
El caso recuerda el enfrentamiento de Raúl Alfonsín con los gremios cuando buscó avanzar con la privatización parcial de Aerolíneas, en un acuerdo que Rodolfo Terragno había trabajado con Lufthansa. Ese fue quizás el enfrentamiento más grande de un presidente contra la empresa y generó alrededor de 23 días de paro. El radical perdió la pelea.