El análisis de creación de una Empresa Nacional de Alimentos, que fije precios de referencia y valores de sostén a los productores, tiene antecedentes en Brasil y México.
El Gobierno evalúa distintas alternativas para frenar el alza en los alimentos, que en enero se dispararon casi 5%. Entre las medidas en análisis figura la creación de una Empresa Nacional de Alimentos, admitió la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti, en su habitual rueda de prensa de los jueves.
En esa búsqueda comenzaron a aparecer modelos donde inspirarse: los casos de Brasil y México tienen una marcada presencia, -según publica TN-.
Brasil tiene hace años la *Companhia Nacional de Abastecimiento (CONAB), que monitorea e interviene en los precios de alimentos considerados esenciales al tiempo que habita importaciones cuando detecta alzas importantes.
Igualmente, aporta logística para que los productos de los pequeños criadores o agricultores lleguen al consumidor final en todo el territorio.
Cuenta con programas que responden a un ‘’precio sostén’’ (o referencia) para que los productores negocien con sus clientes y a la vez diferentes planes de financiación y subvención. México tiene programas similares.
A modo de ejemplo, cuando se detecta escasez de frijoles, como sucedió el año pasado, Brasil habilita la importación (entre otros países desde la Argentina) para garantizar oferta suficiente que mantenga “a raya” los precios finales.
Con organismos como la CONAB, que efectúa el monitoreo y las estimaciones agrícolas, el vecino país regula la oferta y demanda de los productos agropecuarios.
Tiene un programa de “precio mínimo garantizado” para los productores de la agricultura familiar (pequeños criadores de pollo, cerdos y agricultores), a los cuales el Estado les compra sus mercaderías cuando los valores de mercado están por debajo de los previstos para el momento de la cosecha.
Y además, cuentan con un sistema que garantiza la logística necesaria para que los productores primarios vendan sus productos de manera directa a los consumidores, sin otros intermediarios, en distintas ferias y puestos de los diferentes estados que conforman Brasil.
La idea de que la Argentina tenga una compañía estatal alimentaria no es nueva. Sobrevuela hace años, pero resurgió como alternativa por estas horas luego de que se conociera que el rubro de alimentos frescos que mide el INDEC tuvo un alza de 9% en enero, contra el 3,9% del IPC general.
La suba de tomate y lechuga fue uno de los motores de ese comportamiento en el primer mes del año. Y lejos de que la situación haya sido puntual, por el daño a los cultivos que provocó la sequía y la ola de calor de enero, los analistas consideran que en febrero seguirán al frente de los incrementos.