Un desastre la estrategia de Lionel. Ahora que no pudo irse por una cuestión contractual y porque ningún club está dispuesto a enfrentar los vaivenes judiciales en la FIFA, presiona al Barcelona para que frene el pase a la Juventus de su amigo y vecino Luis Suárez, que tan sólo depende de la demora de su pasaporte.
Insólita y absurda la estrategia de Lionel Messi. Creyó que si se iba, cualquier club estaba dispuesto a enfrentar a la FIFA o estar detrás de sus vaivenes judiciales para no tener que pagar los 700 millones de euros de cláusula de rescisión.
Nada de eso ocurrió y ahora está obligado a quedarse o a poner él los 700 millones, tal como se lo advirtió LaLiga.
Al parecer, se quedará, según trascendió en la prensa deportiva, expectante de la publicación de un video en su cuenta en Instagram.
En este marco, ayer (3/09) estuvo jugando al paddle con su amigo y vecino Luis Suárez, y uno de los temas que trataron fue la posibilidad de dar marcha atrás con el pase a Juventus para quedarse en el club catalán.
Según BBC Radio 5 Live, el uruguayo ya habría llegado a un acuerdo de palabra que está pendiente de los tiempos administrativos para sacar el pasaporte y firmar el contrato.
Incluso ya se especulaba que, de marcharse a la Juve, la delantera del equipo titular podría ser Cristiano Ronaldo (por izquierda), Luis Suárez (centro) y Paulo Dybala (por derecha), o bien, modificar la posición de este último a enganche, o falso nueve, y tirar a otro por la banda.
Todo esto está a confirmarse pero lo cierto es que una vez más los caprichos de Messi está en el centro de la polémica.
Otro que generó polémica fue Ivan Rakitic, quien ahora jugador del Sevilla pero por lo que dijo al día siguiente de su presentación en el club andaluz. A Radio Marca reveló la rebeldía del chileno Arturo Vidal frente a las decisiones los distintos técnicos que pasaron en este último tiempo por el Barsa.
«Era hora de irnos -dijo-. Barcelona, Sevilla y yo estamos todos satisfechos con el acuerdo que encontramos. Ahora quiero irme y haré todo lo posible para ayudar al equipo», comenzó diciendo.
Consultado sobre si Vidal jugaba porque era amigo de Leo, disparó: «No sé. No quería entender ciertas decisiones técnicas, pero tenía que hacerlo por el grupo. Yo siempre me he puesto a disposición del entrenador».
Ahora, Ronald Koeman (DT) intenta reordenar este tipo de cosas y borrar por completo la hegemonía del vestuario. Dar prioridad al esquema técnico y no a las amistades de Messi es el desafío de ahora en más, en una interna que se resolverá en las canchas.
Lo cierto es que muchos jugadores están furiosos por esta maniobra encabezada por Josep Bartomeu, quien intenta también recuperar el tiempo perdido para no ser eyectado del club.