El ministro de Economía aseguró que pese a que «la realidad les golpea la cara», los organismos financieros mantienen «viejos paradigmas que parecen no abandonar». «Siguen sosteniendo el sistema financiero por sobre la economía real», sostuvo.
Junto al vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, el titular de la cartera de Economía y Finanzas Públicas criticó las recetas de los organismos multilaterales de crédito e informó que seguirán imponiendo ajustes fiscales a los países en crisis pese a que reconocieron el impacto negativo de sus lineamientos.
En el marco de la última jornada de la XI edición de «Gobierno y Servicios Públicos», el mayor encuentro de municipalismo de Latinoamérica del que participó Infobae.com, Lorenzino comunicó sobre el diagnóstico que está llegando el FMI y el Banco Mundial durante su tradicional Asamblea Anual, celebrada en Tokio. «Es sombrío el panorama que los actores centrales trazan sobre sus propias actuaciones», sostuvo.
«La primera conclusión es que subestimaron el impacto de las recetas de consolidación fiscal que ellos mismos hicieron”, señaló el economista, y criticó que las entidades utilicen ese eufemismo para aplicar las medidas de reducción de déficit.
Pese a este primer balance y que la situación mundial «demuestra que se han estado equivocando«, Lorenzino aseguró que los organismos tuvieron como segunda conclusión mantener cierta «flexibilidad con el sistema financiero«, situación que busca privilegiar y «seguir protegiendo a los bancos» ante la grave coyuntura económica.
Según el funcionario, el informe refleja en tercer lugar que los gobiernos europeos deberán continuar con la aplicación de «más ajuste, más aumento de impuestos -no progresivos, como el IVA-«, y que se debe «seguir sosteniendo a los mercados financieros por sobre la economía real«. En opinión de los organismos, es «necesario un mercado financiero ‘sano’ capaz de dinamizar la salida de la crisis», aseguró Lorenzino.
«Detrás de esto hay viejos paradigmas que parecen no abandonar, frente a una realidad que les golpea la cara», señaló, y puso como ejemplo las ideas de liberalización de los mercados para «que no haya barreras comerciales», una noción de que “el gasto público es malo”, generador de inflación y «perjudicial a las fuerzas del mercado», o tomar al «empleo como variable de ajuste».
Lorenzino concluyó que la política global impulsada por el FMI y el Banco Mundial pretende que «las capas altas de la sociedad no sufran las consecuencias del ajuste», mientras que los sectores asalariados son los que deben sufrirlas«.
Apelando al recurso de la comparación con la situación global, el funcionario volvió a reivindicar el «Modelo de desarrollo con inclusión social» impulsado desde el 2003, y señaló que esta directriz «es compartida a grandes rasgos por la mayoría de los países de la región». A su vez, reiteró que la gestiones encabezadas por los Kirchner «pusieron a la política por encima de la economía, lo que rompió con el paradigma de la acumulación financiera«.
En la misma sintonía, el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, subrayó que la economía es una herramienta de la política y que se enmarca en un proyecto de «Patria Grande latinoamericana que nos ha permitido tener una integración más profundapara soportar la crisis internacional».
«Estamos viendo como en otros países con mucho nivel de desarrollo está subsistiendo el criterio de poner a los técnicos, a los burócratas por encima de los políticos«, y marcó que «no se encuentran soluciones” porque “la caja de herramientas son de los que generaron los problemas«.