Hoy cuando se sienten en el ministerio de Trabajo a discutir el impuesto a las ganancia lo va tener como protagonista fundamental al secretario de General de los Petroleros Privados, Jorge “Loma” Avila, quien a fuerza de diálogo logró abrir una negociación, algo que no logró ni la poderosa CGT opositora de Hugo Moyano, incluso unida a la CTA de Pablo Micheli, con grandes paros y movilizaciones multitudinarias. Tampoco lo consiguió la CGT oficialista conducida por Antonio Caló.
Lo cierto es que el secretario general de los Petroleros tomó el problema de Ganancias como una cuestión excluyente con un plan de lucha sistemático y desde allí fue avanzando poco a poco en la exigencia de cambios en la aplicación del gravamen. Ya fue recibido por el CEO de YPF, Miguel Galucio, por la viceministra de Trabajo, Noemí Rial, por el Coordinador del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta y por autoridades del propio ministerio de Economía.
Es decir, en un escenario en el que los dirigentes sindicales constituyen una realeza no simbólica sino concreta, en la que incluso al igual que los reyes se pasan los cargos de padres a hijos, la aparición de “Loma” como una figura nueva ha servido para refrescar las caras y algunos de los ejercicios del poder en nuestra provincia y a partir de hoy con una proyección nacional de su liderazgo.
