Que los napolitanos aman a Diego Maradona (1960-2020) no es ninguna novedad, pero hay cosas que todavía siguen generando sorpresa. A seis meses de la desaparición física del 10, se filtró en las redes un homenaje muy particular: un conductor pintó los cuatro costados de su camión con algunos de sus retratos más significativos.
Más allá de que el nivel de los dibujos es excelente, cada dibujo toca una fibra sensible en el corazón de los maradonianos porque representa algunos de los momentos más importantes en la vida del astro del fútbol mundial.
Por empezar, este Scania tiene en la parrilla dibujada la silueta de Maradona. Por supuesto, está corriendo con una pelota pegada a su pie izquierdo, como era habitual en su juego. Y por encima del parabrisas lleva la histórica firma de Diego (10), aquella que tantos fanáticos tienen tatuada en la piel.
En su costado derecho, hay un retrato de Diego en la puerta del acompañante que parece ser de su paso como director técnico de Gimnasia. Le siguen imágenes de él en su adolescencia, cuando era Cebollita, y otras con la 10 de la Selección Argentina en el Mundial 86, con la de Boca en su regreso de 1995, con el traje de DT en Sudáfrica 2010, besando la Copa del Mundo en México y en cuero mostrando su tatuaje del Che Guevara.
En los portones de atrás, como no podía ser de otra manera, aparece Diego con la 10 del Napoli y a su lado un poema (en italiano) que habla de él como un ídolo viviente, inmortal y mítico, junto a la leyenda “30/10/1960-Infinito”.
Del lado izquierdo, se representa una de las fotos más emocionantes de la vida del 10, cuando lo retrataron sentado arriba de una pelota y jugando con Dalma, su hija más grande, por ese entonces una niña. A su lado hay una pintura de su paso por Dorados de Sinaloa, otra entrenando en un atardecer en Sevilla y más imágenes en Nápoles, la ciudad que más amor le dio.
Maradona tuvo decenas de fierros a lo largo de sus sesenta años. Manejó autos de Ferrari, BMW, Lamborghini, Porsche, Fiat, Renault y otras marcas, pero el más extraño de todos sus vehículos fue indudablemente el Scania 113H que tuvo en 1997.
La historia del camión nos remite al último regreso de Maradona al fútbol argentino. Jugaba en ese entonces en Boca Juniors y había comprado un Scania de color negro de su propio bolsillo para refaccionarlo y realizar una campaña de concientización sobre las drogas por toda la Argentina. Días después, la firma Lo Jack le prestó el Scania azul a modo de patrocinio. Y con ese iba a entrenar.
Si bien nunca lo dijo públicamente, la historia cuenta que Diego le decía a sus allegados: “Vieron que máquina. Ahora ningún periodista se me va poder colgar para hacer notas”.
A la hora de hablar de Maradona y los fierros, la historia de Scania será una de las más comentadas por siempre. La otra podrá ser la de la Ferrari Testarossa, uno de los autos más famosos que tuvo.
Fuente: TN