Marcos Malaspina, comerciante del rubro gastronómico, enfatizó en plena movilización de los comerciantes de este mediodía en el centro de la ciudad, su desesperación por no poder abrir las puertas de su local en horarios adecuados y generar no solo sus ingresos, sino los de las familias que dependen de su emprendimiento.
“Estoy acompañando a todos los que hacen eventos y también representando bares, restaurantes y confiterías. Las situación es muy angustiante y ya estoy en un momento donde ya no sé qué hacer”, indicó en diálogo con el móvil de FM Las Petrolera 89.3 MHz.
Y agregó: “estamos ya con muchos meses sin saber para dónde ir y las limitaciones son cada vez más asfixiantes en lo económico, esto nos está matando. Es la primera vez en mi vida que estoy marcando, nunca lo hice. No sabemos para dónde disparar”.
“Hoy, con la limitación del horario, uno piensa que las reservas de todos los días son para las 9 o 9:30 o 10:00 de la noche. Ya veníamos muy acotados con el horario hasta las 11:00 días de semana y hasta las 12:00 el fin de semana. Estuvimos en nuestro caso dos meses cerrados, y tenemos familias detrás, no solamente es el ingreso propio sino que hace seis meses, que dejamos de ser una empresa y pasamos a ser una ONG, repartiendo lo poco que entra entre todo el equipo de trabajo para poder comer”, describió Malaspina.
En ese sentido, señaló que “estamos pidiendo poder trabajar, no estamos pidiendo ningún subsidio ni nada raro. Trabajar y que la gente pueda decidir venir a comer y poder alimentarse. Pensamos que este tipo de medidas lo único que hace es fomentar que se junten clandestinamente porque en el restaurante nosotros te podemos cuidar, tenemos 1,80m o 2m en algunos lugares de distanciamiento social interno, donde se higieniza absolutamente todo desde que entrás, y si te parás de la silla tenés que ponerte sí o sí el barbijo, porque si no directamente nosotros mismos te echamos del lugar si no estás cumpliendo el protocolo”.
“Para eso hicimos el protocolo. Tuvimos tiempo suficiente como para poder armar un protocolo de bioseguridad que permita que los comensales estén seguros, y esos son los resultados que tenemos hoy: no hay ningún caso de alguien que se haya contagiado en un restaurante, por eso decimos que todos los casos vienen de que te vas a juntar con tu familia a tomar mates, a comer un asado. Hasta tuvimos un caso como el de la fiesta en Rada Tilly. Es imposible poder trabajar así, viendo lo que pasa en forma paralela en clandestino, y nosotros que cumplimos el protocolo a rajatabla, no podemos hacerlo, no podemos trabajar”, analizó.
Finalmente el comerciante sostuvo que no le gusta hablar de lo que hacen los otros, “pero hoy en día junto a eventos, somos los únicos que no podemos trabajar porque el comerciante que cierra a las 9 de la noche cumplió toda su jornada laboral, y nosotros justamente trabajamos únicamente a esa hora, porque todos sabemos que ninguno funciona al mediodía y no lo podemos hacer; y el delivery representa menos del 3% de la facturación, porque salimos a competir en un mercado donde todo el mundo lo está haciendo debido a la necesidad económica”.