Las alternancias alrededor de la disponibilidad de las vacunas resquebrajaron las certezas alrededor del comienzo del fin de la pandemia. ¿Estamos preparados para volver a encerrarnos? La opinión de sociólogos, infectólogos y psicoanalistas, entre otros, para empezar a imaginar cómo será el año que viene.
La pandemia se enquistó entre los argentinos. Y lo hizo, luego de una sorpresiva irrupción de origen -hace más de un año- en la lejana ciudad china de Wuhan, hasta hoy, habiendo superado el 1,5 millón de positivos y más de 41 mil fallecidos, según las cifras del ministerio de Salud de la Nación. También se expandió en el resto del mundo, superando el 1,7 millón de muertes, y más de 76 millones de casos globales, certificados por el mapa del COVID-19 en tiempo real de la Universidad Johns Hopkins. Finalmente la idea del mundo de la pospandemia nunca llegó.
Quedó claro a esta altura de semejante acontecimiento global, disruptivo y extraordinario que los costos del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 no son solo epidemiológicos; sino también son psico-socio-políticos y económicos.Y en el caso argentino se suma el resquebrajamiento de las certezas sobre lo que vendrá a partir de la oscilación alrededor de cuándo se iniciará el proceso de vacunación en la Argentina.
Entre las pocas claridades que existen para perforar esta pandemia está la idea de que se necesita vacunar de manera eficaz y segura a -por lo menos- el 70 por ciento de la población para así detener la transmisibilidad del virus y bajar la mortalidad. Argentina según la disponibilidad de vacunas encargadas y previstas estará lejos de este escenario, al menos hasta el primer trimestre de 2021, y alcanzará a inmunizar solo al 25% de la población local, según surge del acuerdo de compra a Rusia de la vacuna Sputnik V, que será el primer tratamiento en tocar suelo argentino y aplicarse en el país.
Se prevé que llegarán 10 millones de vacunas Sputnik V entre diciembre de este año,y febrero de 2021 y queda la posibilidad de contar con dosis para vacunar hasta a 25 millones de personas entre enero y junio de 2021. Por lo tanto, será esencial a lo largo del 2021 hacer crecer los números de la inmunización y mantener toda la batería de medidas de protección social.
La última comitiva argentina de la cartera de Salud que visitó Moscú tuvo como objetivo avanzar en la logística y el traslado de la vacuna hacia la Argentina, además de reunir la documentación y la verificación técnica que luego deberá aprobar la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Se prevé que el primer embarque serán 300 mil dosis que llegarán antes de fin de año.
Argentina superó los 1,5 millones de casos confirmados y más de 41 mil fallecidos. En el mundo son 1,7 millones de muertos y más de 76 millones de casos globales (Foto: Shutterstock)
Como señalan los expertos, uno de los principales problemas que genera el virus SARS-COV-2 no es su letalidad, sino su astucia para permanecer en el tiempo y enfermar, sobre todo a las poblaciones con comorbilidades y añosas. Ese “efecto espiral” por supuesto hace subir las muertes. Por eso, con el paso del tiempo y la convivencia con el virus, las sociedades quedan exhaustas y les cuesta incorporar la intermitencia como metodología de protección: oscilar entre el confinamiento, el DISPO (Distanciamiento social, preventivo y obligatorio), el ASPO (Aislamiento social, preventivo y obligatorio) y la vuelta la normalidad.
Con pocas palabras, Harry Campos Cervera, médico especialista en psiquiatría y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argenitna (APA), definió este tiempo pandémico a Infobae como un clima de desilusión colectiva: “Estamos próximos a un nuevo año y lo que podemos observar es que para arrancar el 2021 hay una sociedad agotada, desesperanzada y devastada. Si en algún momento volvemos al confinamiento estricto, además de todos los problemas económicos vamos a tener una sociedad que se rinde, similar a cuando un animal se congela frente a su presa, se deja morir”, apuntó.
Nadie saldrá indemne
Para los argentinos la tolerancia a la frustración no es uno de los atributos más reconocidos. Los vaivenes alrededor de las vacunas perforaron las ilusiones de la vuelta a la normalidad. “Nadie saldrá indemne de esta pandemia”, dijo a Infobae el psicoanalista Santiago Levin, médico psiquiatra y director de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). La pandemia mundial de COVID-19 afecta y afectará nuestras vidas para siempre. El registro de lo traumático comenzó a manifestarse en las personas a través de síntomas como ansiedad, pánico y diferentes formas de congoja y tristeza”.
“La actual pandemia de coronavirus tomó a toda la humanidad por sorpresa. Detuvo, literalmente, al mundo entero y produjo daño, no de manera homogénea sino principalmente a las personas más vulnerables (en lo biológico pero sobre todo en lo social). Su duración está siendo mucho mayor a la prevista, lo que nos obliga a pensar una nueva estrategia para la etapa que viene”, aseguró Levin.
“Esperamos que para marzo 2021 un porcentaje importante de la población -especialmente la de mayor riesgo- esté inmunizada, para disminuir así el primer objetivo que tenemos que es la morbimortalidad y el impacto socioeconómico del COVID. Para frenar una segunda ola deberíamos tener vacunada a un 70% de la población, señaló a Infobae el médico infectólogo y fundador de la Fundación Huésped, Pedro Cahn.
Para los argentinos, la tolerancia a la frustración no es uno de los atributos más reconocidos
Frente a la continuidad de la pandemia se despliegan una serie de preguntas para el 2021: ¿Podrá resistir la sociedad argentina volver a encerrarse? ¿Cómo se enfrentarán los costos de las otras pandemias paralelas, como la psicosocial o la económica? ¿Qué pasará con el acaballamiento de otros males que no fueron atendidos, ni controlados durante la pandemia: como los pacientes oncológicos, cardiológicos y/o las intervenciones quirúrgicas postergadas?
“De no mediar la aparición de una vacuna efectiva antes, un escenario previsto por autoridades en el tema, es que la pandemia continuará por varios meses; incluso un par de años o hasta que el 60-70% de la población finalmente se infecte y genere un rebaño protector del resto. El virus seguirá entonces circulando, infectando gente y en ocasiones causando algunos casos fatales, mezclándose paulatinamente como un virus respiratorio más. Podrá haber repiques en forma de brotes que variarán geográficamente y en su magnitud, dependiendo de la vigilancia epidemiológica y de la pronta instrumentación de las medidas de mitigación (DISPO- ASPO)”, explicó el médico especialista en clínica e infectología Osvaldo Teglia (MP 8247) y profesor de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
Pero, ¿qué sucederá en la Argentina con la llegada del nuevo año? De acuerdo al médico psiquiatra Pedro Horvat, hay algo que es inevitable: no perder la ilusión. “En la necesidad propia del ser humano está el no tolerar la incertidumbre y tener que ponerle un plazo fijo a toda esta situación. Por otro lado, la promesa de la vacuna tiene un peso político, es decir, no solamente en Argentina, sino en todo el mundo aparece como una manera de alivianar a las sociedades cuanto antes”, apuntó.
Uno de los principales problemas que genera el virus SARS-COV-2 no es su letalidad, sino su astucia para permanecer en el tiempo y enfermar (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)
Un año cargado
De acuerdo al analista político y ensayista Alejandro Katz, “no es necesario ser extremadamente sutil para anticipar que el año 2021 será extremadamente difícil para nuestro país. La pandemia no estará controlada antes de la mitad del año, y eso si hay suerte. Y a los efectos sanitarios se sumarán los efectos económicos y sociales, que ya son dramáticos sobre una situación que era muy preocupante antes del inicio de la pandemia”.
“El gobierno está mostrando mucha incapacidad para manejar la situación. La no firma del contrato con la empresa Pfizer denota una seria dificultad para establecer prioridades. Para Katz , no es muy comprensible que una cuestión de firmas (en el caso del acceso a la vacuna de Pfizer-Biontech), aún si se pidiera la del presidente, invalide la contratación con un proveedor que está siendo el más demandado globalmente, y para cuyas vacunas Argentina, por haber participado en los ensayos clínicos, tenía una posición de privilegio”.
“Un informe reciente muestra que los países ricos se han garantizado una cantidad de dosis que supera ampliamente la de sus respectivas poblaciones, en algunos casos en hasta 6, 4 o 2 veces. Chile casi ha duplicado su población en la cantidad de vacunas reservadas. Entre los países de ingresos medios, como el nuestro, o como Brasil o México han garantizado más de una vez, para la población la cantidad de dosis. En cambio, Argentina solo pudo garantizar dosis para el 40% o el 50% de su población, lo cual lo pone entre los de peor desempeño en ese sentido”.
“No hay que descartar un nuevo confinamiento, cuando pase el verano o cuando vengan los primeros fríos del 2021. Tenemos que estar preparados para atravesar un camino de mucho sacrificio, en el que a los daños que provoca la pandemia hay que sumar los niveles de pobreza, la destrucción de la riqueza y la caída de la actividad económica que está sufriendo nuestro país”, advirtió Katz a Infobae.
Mirada experta
Tomás Orduna y Hugo Pizzi son dos reconocidos infectólogos que trabajan incansablemente en la ciencia argentina, desde mucho antes de la irrupción del virus SARS-CoV-2 y la enfermedad pandémica COVID-19. Los dos integran el comité de expertos que asesora al presidente Alberto Fernández.
Coinciden en que estaremos “ante un año 2021 de transición”. En diálogo con Infobae, Orduna se explayó sobre la vacuna rusa, “la semana que viene se estaría reuniendo toda la información para su publicación en la revista The Lancet sobre su Fase III, y así se despejarán todas las dudas alrededor de que se podrá aplicar en los mayores de 60 años. Por lo tanto, llegará la data adecuada, la publicación y en algún momento va a llegar la vacuna; a mí en lo particular, no me interesa demasiado si entra en diciembre o ya viene directamente en el volumen adecuado para el mes de enero y febrero.”
Orduna insistió: “La idea es que para la segunda ola, otoño-invierno 2021 -será imposible pensar en que no la tengamos- habrá que saber qué calidad tendrá esa segunda ola. Debido a que si logramos tener un número suficiente de personas de riesgo vacunadas, con efectividad como respuesta a esa vacunación, podríamos tener una segunda ola con muchos casos, pero con menos, casos graves y fallecidos, producto de la protección con la vacuna”.
Todo el 2021 seguiremos, probablemente de punta a punta, con las cuatro medidas que tenemos de prevención primaria a partir de nuestras conductas sociales que son: la distancia de los 2 metros, el uso del tapa nariz-boca o barbijo, la higiene de manos y evitar las reuniones masivas. Y todo lo que se trate de reuniones con otros, en ambientes, en lo posible que sean en el exterior. Se irán utilizando protocolos para ver cómo reinstalar las clases presenciales para que no sean solo virtuales, por ahí algún mix entre virtual y presencial, serán protocolos que se trabajan entre las carteras de Educación y Salud”.
De acuerdo al analista político y ensayista Alejandro Katz, “no es necesario ser extremadamente sutil para anticipar que el año 2021 será extremadamente difícil para nuestro país» (Europa Press)
“Hay que tener confianza en que la vacuna que se aplique en la Argentina será aprobada por ANMAT, y si es aprobada por ANMAT es porque será segura y eficaz. Esperemos transitar un año que va a tener todavía muchos momentos de incertidumbre, producto de lo que puede ser la segunda ola. Veremos cómo se comporta en el resto del mundo. Algunas cuestiones como los grandes movimientos masivos turísticos, los grandes eventos deportivos, sociales, culturales y artísticos, probablemente al comienzo, todavía sigan restringidos”, sintetizó el infectólogo Orduna.
Por su parte, Pizzi, médico infectólogo, epidemiólogo y magister en Salud Pública coincidió con Orduna: “El panorama del próximo año va a ser muy disímil si vienen o no vienen las vacunas. Porque podríamos sortear una segunda ola si de pronto tenemos un número elevado de gente vacunada que pueda crear artificialmente los anticuerpos adecuados para tratar de ser inmune a este virus impredecible”.
“Mientras tanto, hay una ecuación, que es una ecuación epidemiológica: la cantidad de personas que ya padecieron esta enfermedad, que aparentemente, el mundo estadístico está hablando que hay que multiplicar por 7 o por 8, algunos sin darse cuenta, más todos los que se cuidan y se siguen cuidando, y la cantidad de gente vacunada, prácticamente nos permitiría salir airosos de esa segunda posibilidad, de esa segunda ola que es tan destructiva en este momento en Europa. Mi mirada es optimista. Considero que las vacunas son muy buenas. Están hechas con un diseño seguro y con una gran efectividad en cuanto a la formación de anticuerpos. Cuidándonos, y siendo muy responsables, adhiriendo a todas las medidas sanitarias emanadas del gobierno, vamos a poder transitar el principio del fin”, agregó Pizzi a Infobae.
Los runners instalaron en la sociedad argentina una nueva grieta entre quienes le atribuían a ellos la responsabilidad por el aumento de casos y los que alegaban que las secuelas en lo físico y psicológico generadas por el confinamiento eran de una gravedad inusitada (REUTERS/Agustin Marcarian)
El contexto dominará a la Argentina
Consultado por Infobae, el médico y ex ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, fue contundente: “Será el contexto el que va a dominar a la Argentina, particularmente, sobre el primer semestre, desde lo sanitario, no hay certidumbre. Y el resto, digamos, la economía, la crisis social, obviamente, va a ser un año dificilísimo. Pero desde lo sanitario, hay muchísima incertidumbre sobre cuándo llegará la segunda ola, cómo va a ser la segunda ola y cuál será su impacto”.
Inexorablemente, la segunda ola va a llegar.En los últimos días se ha quebrado la tendencia declinante, con lo cual uno espera brotes y rebrotes y obviamente, acercándose las Fiestas, genera mucho temor”.
“Todas las idas y vueltas comunicacionales que está teniendo el gobierno ahora que se aferraron a la llegada de la vacuna, y con cierta imprudencia establecieron plazos específicos, realmente complicaron el panorama y generaron desconfianza. Tiene mucho que ver con la incertidumbre general, pero además con los problemas de comunicación que está teniendo el gobierno durante toda la gestión de la pandemia. Y esto ha generado cierto enojo de la sociedad”, puntualizó el ex funcionario de la cartera de Salud.
(Alejo Manuel Avila / Europa Press)
Rubinstein no se imagina un 2021 con los argentinos nuevamente confinados. “Realmente lo veo difícil, sobre todo porque en Argentina estuvimos confinados durante muchos meses. El país tuvo una cuarentena muy prolongada, sin los recursos que tienen los países europeos. Ahora, ¿cuál va a ser la magnitud del impacto de la segunda ola y cuando va a llegar? Tampoco se sabe. Probablemente, la segunda ola llegue como pasó en Europa, cuando comience un clima un poco más frío, y la gente se empiece a recluir en ámbitos más cerrados y menos ventilados, en abril – mayo.
Pero también espero, que dado a que la epidemia en Argentina se prolongó durante tanto tiempo, con una curva tan alta de casos, amesetado por un altísimo número de casos, como si fuera una suerte de altiplano, en realidad, probablemente, la proporción de la población que ya haya estado expuesta al contacto con el virus sea mucho mayor de lo que pensamos. Esto más la vacunación, más allá de todas idas y vueltas, que comience en el primer trimestre del año próximo, puede hacer que cuando llegue el impacto, probablemente, sea un poco más suave que lo que se está viendo en Europa”, detalló Rubinstein.
“Veo un panorama pesimista, un rebrote de casos sumado al hartazgo y el cansancio de la sociedad. Y esto ha provocado un relajamiento de los comportamientos sociales. Si a esto le agregamos que no hemos tenido muchos buenos ejemplos, desde el velorio de Maradona en adelante, esto va a seguir. Y que por el otro lado, si el gobierno anuncia la llegada inminente de la vacuna como si fuera una solución inmediata y casi mágica, es lógico que la gente se descuide”.
“Donde hay que focalizar las cosas es en la estrategia comunicacional, sobre todo en lo que es la comunicación de riesgo, particularmente, para los jóvenes, para los adolescentes, para los que hoy tienen una baja percepción del riesgo; pero son los que más están circulando: los que se reúnen, y no se cuidan adecuadamente y transmiten la enfermedad”, advirtió Rubinstein.
“Donde hay que focalizar las cosas es en la estrategia comunicacional», advrtió el ex ministro de Salud Adolfo Rubinstein (EFE/Alberto Valdés)
Si no hemos podido sistematizar bien las cifras reales de la pandemia en la Argentina, cómo vamos a entender sus complejidades. Al respecto Rodrigo Quiroga, doctor en Ciencias Químicas de la UBA, y especialista en análisis de datos y bioinformático del CONICET, explicó a Infobae, “los números reportados todos los días por el Ministerio de Salud son casos confirmados y no contagios, porque sabemos que muchos no se detectan ya sea porque son asintomáticos o tuvieron síntomas leves y no calificaron como sospechosos para acceder al testeo o por no sentirse mal no fueron testeados a través del método diagnóstico PCR”.
“Estimamos que el número de infectados reales es entre 5 a 8 veces más que el informado, lo que nos muestra que la mayoría de las personas que se infectaron no lo supieron. Es por esto que hacemos hincapié en la necesidad de testear más y seguir con los cuidados”, apuntó Quiroga.
La evolución de los casos acumulados COVID-19 en la Argentina. «El número de confirmados es menor a los contagiados reales por las pruebas diagnósticas limitadas», advierten desde el sitio especializado en estadísticas Our World In Data (captura Our World In Data)
El experto especificó que esto mismo sucede a nivel regional y a pesar de la ventaja que da el verano, es decir el factor estacional: “En algunos lugares como en Brasil directamente volvió a ascender la cantidad de casos confirmados. Lo mismo se observa en Uruguay, Paraguay, Colombia, Bolivia y en particular en Santiago de Chile. Esto nos muestra que la estacionalidad nos juega a favor, permite reducir un poco el ritmo de los contagios, también por factores biológicos ya que la alta temperatura sumada a la alto índice UV y humedad, todos factores que se dan en verano, hacen que disminuya la cantidad de tiempo que puede quedar el virus activo en los aerosoles”.
Para el infectólogo Tomás Orduna, «hay que tener confianza en que la vacuna que se aplique en la Argentina será aprobada por ANMAT, y si es aprobada por ANMAT es porque será segura y eficaz» (Benoit Doppagne/Pool via REUTERS)
“El verano ayuda pero no es mágico. En 2021 se puede complicar todo, es esperable que con este nivel de relajación de las personas que se ve en la calle y en todo el país, estemos más temprano que tarde ante una segunda ola. Argentina está cometiendo los mismos errores que sucedieron en Europa, en donde la gente se cansó y relajó, lo que le dio lugar al virus para volver, y regresó con más fuerza”, remató Quiroga.
Fuente: Infobae.com