Ocurrió en Rusia. A pesar de la insólita situación, la ceremonia pudo ser completada.
Las despedidas de soltero son un buena idea, pero lo que no puede ocurrir es realizarla la noche previa a tu boda. Al parecer eso fue lo que le ocurrió a un joven ruso que llegó tarde y borracho a su propio casamiento.
El estado de ebriedad que presentaba le imposibilitó estar en pie, sin embargo la ceremonia continuó y un amigo se encargó de estar junto a él en todo momento para que no se caiga. De hecho, debió asistirlo hasta para colocar la alianza a su prometida.