El presidente de la petrolera, Pablo González, indicó que solo hace falta que lo vea el Presidente para enviarlo al Congreso; Energía sostiene que falta consensuar el proyecto con las empresas y los gremios.
El presidente Alberto Fernández prometió de manera pública dos veces que enviaría al Congreso un proyecto de ley que promocione la actividad de hidrocarburos. Fue en las dos aperturas de sesiones ordinarias en el Congreso. Muchos funcionarios actuales y que pasaron por el Gobierno escribieron borradores sobre la normativa, incluidos el expresidente de YPF Guillermo Nielsen y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Sin embargo, el proyecto todavía no vio la luz.
El viernes pasado, el sucesor de Nielsen en la petrolera con control estatal, Pablo González, anunció que el borrador de la ley de promoción de actividades hidrocarburíferas está “listo”, en diálogo con Radio Nacional. “El viernes de la semana pasada estuve reunido con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y es un proyecto que ya está listo para que el Presidente lo revise y lo remita al Congreso”, adelantó.
Sin embargo, en la Secretaría de Energía indicaron que todavía quedan algunas cuestiones que cerrar en torno a los “números”, aunque coinciden en que el “texto” está “casi” listo. “Todavía no se le expuso el proyecto ni a Alberto Fernández, ni a Cristina Kirchner, ni a los gobernadores, ni a las empresas, ni a las cámaras pymes, ni a los gremios. Estamos en el tramo final, pero falta aún”, comentaron en la cartera que dirige Darío Martínez. “Sería un error mandar un proyecto ‘casi’ listo al Congreso y sin consensuar con esos actores”, agregaron.
No es la primera vez que en YPF anuncian que el proyecto de ley está por tratarse en el Poder Legislativo, ya que en marzo, en la petrolera habían dicho también que “el proyecto de ley entraría al Congreso dentro de los 10 días”, y luego no sucedió.
Según detalló González la semana pasada, los ejes del proyecto se centrarán en dar ventajas comparativas para que las empresas inviertan y en darles posibilidad de acceder al mercado de cambio y a la exportación. El control de cambio, fundamentalmente, es el principal escollo que tienen las empresas petroleras: si van a desembolsar inversiones de alrededor de US$500 millones, necesitan tener la seguridad que podrán sacar del país las ganancias que obtengan por ese hundimiento de capital.
En términos más específicos sobre el sector, el presidente de YPF indicó que el proyecto tendrá dos partes: un incentivo por el incremental de producción y una segunda sección para proyectos específicos de desarrollo que se le podrán plantear al Gobierno. Además, señaló que habrá un monto mínimo de inversión que deberán presentar las compañías, que podría ser de US$300 millones en el no convencional (la producción de Vaca Muerta), mientras que sería “la mitad o poco menos” para el convencional.
Con relación al gas, González comentó que se buscará “premiar el almacenamiento subterráneo de gas natural”. Esto implica que, en verano, cuando hay excedente de producción por la baja demanda, se pueda “guardar” el gas para poder utilizarlo durante la época de temperaturas bajas, cuando se incrementa el consumo y el Estado debe cubrir los picos con importación. Está práctica, que es muy utilizada en Estados Unidos, demanda de una gran inversión.
Finalmente, el exvicegobernador de Santa Cruz señaló que estuvo reunido con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, porque el proyecto de ley incluirá un capítulo para el “desarrollo de proveedores locales”.
Un punto central del proyecto será el que tenga que ver con la manera de establecer los precios internos de la nafta y el gasoil, que están directamente relacionados con el precio internacional del barril de petróleo (la cotización del Brent). Una medida que había trascendido era establecer impuestos móviles, de manera de amortiguar la volatilidad internacional. En el Gobierno buscan así, además, darle previsibilidad a las empresas.
Sin embargo, las petroleras internacionales suelen preferir la volatilidad del mercado internacional que la intervención del Estado en la política de precios.
Actualmente, la cotización Brent se encuentra en torno a los US$70, mientras que los precios de surtidos de la nafta y el gasoil reflejan un valor de US$55, como señaló González. YPF es el principal referente en las negociaciones que llevan adelante los productores independientes (Vista, Pluspetrol, Shell, ExxonMobil, entre otras) y las refinadoras no integradas (Raízen, que tiene la licencia de las estaciones de servicio de Shell, y Trafigura, dueña de Puma Energy).
En YPF se comprometieron a que los precios de los combustibles no aumenten más de 28,1% este año, por debajo de la inflación estimada en el presupuesto diseñado por Guzmán (de 29%, aunque las proyecciones privadas hablan de 47%). Por lo tanto, no debería haber más subas en lo que resta del año. Sin embargo, si los precios internacionales se mantienen en estos niveles y con la devaluación natural del tipo de cambio, sería difícil que no haya un nuevo incremento, sobre todo porque YPF es la primera que necesita mejorar sus ingresos para incrementar la producción de petróleo y gas.