Todo parecía marchar bien para Ben Mitchell, un hombre de 38 años oriundo de Auburn, Australia: era joven, tenía dos hijos y era dueño de un viñedo. Sin embargo, todo cambió cuando se lesionó el hombro y sufrió un desgarro, cuyo dolor ignoró por más de un año.
Después de no soportarlo más, decidió ir a una consulta con un médico y recibió la peor noticia de su vida: “Te quedan dos semanas de vida”, le dijeron en aquel entonces y falleció al poco tiempo de recibir un diagnóstico devastador.
A fines de 2023, Mitchell empezó a notar que el dolor de un golpe que tenía más de un año se empezó a extender por su espalda. Por esta razón, fue a un hospital y lo derivaron a hacerse una serie de estudios para descubrir las causas del dolor.
De manera inesperada, los médicos le comunicaron que, además del desgarro en los músculos del hombro, los análisis revelaron que tenía cáncer en el peritoneo, la membrana que recubre la cavidad abdominal. Pese a ello, lo peor fue que sólo le dieron un máximo de dos semanas de vida, incluso con tratamiento.
Ante la desgarradora noticia, Ben decidió rechazar la quimioterapia y -milagrosamente- logró sobrevivir unas semanas más, hasta el 8 de marzo, fecha en la que murió.
“Siempre voy a recordar su risa contagiosa, su inclusión y su amabilidad”, expresó Johanna, su mujer, a The Advertiser. “Tenía una manera de hacer que la gente se sintiera bienvenida, siempre quería charlar y estaba genuinamente interesado en las personas y sus vidas”, agregó.
En las redes sociales, familiares y amigos realizaron una campaña solidaria para reunir fondos dedicados al velorio. “Ben aguantó valientemente más tiempo del esperado para pasar unos días preciosos con su familia. Esta pérdida repentina y devastadora afectó a todos aquellos que conocieron a Ben”, escribieron en la descripción del posteo.