Lisandro Benítez, defensor de Diego Lüters en la Causa Revelación, aseguró que su cliente era “un simple empleado administrativo de 6ª línea”.
En tal carácter, es el único de los 7 exfuncionarios imputados que no fue designado por el gobernador Mario Das Neves. Por eso nunca pudo integrar la presunta asociación ilícita. Y aunque admitió haber cometido “errores”, el exsecretario de Diego Correa sólo pudo haber incurrido en faltas menores, como peculado o encubrimiento.
Según el alegato del defensor público en el juicio oral y público, el Ministerio Público Fiscal nunca detalló qué le imputa a Lüters. “Su análisis fue simplificado y violó el derecho de defensa ya que es imposible defenderse de una imputación cuando sólo hay menciones imprecisas genéricas. Me obligan a adivinar o suponer porqué mi asistido es considerado miembro de una asociación”. En tal sentido, “este tribunal está en condiciones de hacer el mayor esfuerzo al analizar si puede ser responsable de integrar una asociación orquestada desde las más poderosas y profundas esferas del poder”.
Hay un dato clave: en ningún momento la acusación colocó a Luter en diciembre de 2015, el momento de la supuesta creación de la asociación. Fue el exgobernador Mario Das Neves quien designó a todos los exfuncionarios de su confianza. Menos a Lüters. Todos tuvieron cargos de importancia, menos él, que fue elegido por Correa. “Lüters no tenía poder de decisión, ni firma, ni salario asignado”. Para Benítez no hay evidencia de que Lüters “hubiere tenido la voluntad de integrar ni más ni menos que una asociación con los ministros, el secretario privado y el gobernador”. Según la propia acusación, “la primera intervención de Lüters fue finales de 2016, comienzos de 2017”.
Benítez deslizó que “al igual que muchísimo empleados administrativos, Lüters confeccionaba planillas desconociendo su finalidad, por lo cual tampoco hay dolo”.
Cuando renuncia Víctor Cisterna en 2016 y Correa se hace cargo del esquema de coimas, “Fiscalía, por ósmosis, da por sentado que porque Lüters era su secretario, comienza a ser parte de este engranaje delictivo. ¿Funcionarios de las más altas esferas del poder necesitaban incorporar a esta estructura ya conformada y en pleno funcionamiento a un secretario de 5ª línea? ¿Para qué?”.
También hizo referencia a las “famosas listas” como “la vedette del caso”. Aclaró que varias planillas no las hizo su cliente. “Había muchas listas de diferentes organismos y elaboradas por personas relacionadas con la obra pública, de las cuales esta banda se valía para ejecutar sus delitos. Pero nadie de esas personas vino a juicio”. El defensor acotó: “¿Por qué no creerle a Lüters esto mismo, cuando personal de más antigüedad y más calificado no sabía el fin de las listas”. Hacer esos Excel “para él era una tarea más pero que no sabía para qué eran y sólo lo entendió mucho después. Se limitó a transcribir la información que le suministraba Correa”.
El defensor admitió que Lüters cobró cheques en el Banco Chubut. “Él reconoció que había cometido errores por temor a perder su trabajo”. Puede ser delito de peculado, no una asociación ilícita. Algo similar sucede con el bolso que escondió en casa de su madre, en la calle Marconi de Trelew: a lo sumo es encubrimiento.
El defensor público advirtió que Fiscalía toma de la declaración de Lüters sólo los tramos que sirven a su acusación, pero no le cree el resto. Y pidió la absolución por el beneficio de la duda.