«La distancia que media entre el Frente para la Victoria Peronista y el resto de la dirigencia, es inapelable. Fuera de este espacio esta la nada como palanca de una caja de cambios que solo tiene marcha atrás», definió el histórico dirigente peronista Víctor Orlando Gamboa.
El titular del Consejo de Localidad del Partido Justicialista -y quizá el dirigente que mas conoció de cerca en las últimas cuatro décadas la dinámica del peronismo autóctono- aceptó en un breve pero sustancioso ping-pong de preguntas y respuestas, brindarnos su análisis del crucial momento que atraviesa el gobierno kirchnerista, soportando más embates de la interna partidaria o el establishment económico que desde la devaluada oposición ideológica.
-¿Qué opina – teniendo en cuenta sus vivencias a través de los distintos gobiernos peronistas y no peronista — de cuál es la diferencia entre unos y otros?
-El reciente ataque despiadado del Grupo Clarín ante el fracaso de las cacerolas no han podido mover el amperímetro en el humor de una sociedad que con sus matices viven mucho mejor que hace diez años e intuye que con este modelo estará mejor en el futuro, diría entonces que por primera vez en estos nueve años y pico de gobierno hay elementos suficientes para certificar que estamos en una nueva etapa de la historia.
-¿Y en qué lugar o etapa de la historia estamos a su entender?
-Ya superamos el punto de bifurcación, el proyecto que expresa el Frente para la Victoria Peronista es la primera vez que después de Perón que se adecúa a los tiempos: pasó de ser una perspectiva en el horizonte a ser una realidad efectiva que renueva su utopía a medida que avanza en su derrotero –no tiene topes este proyecto ni se propone tenerlos- lo nuevo ha nacido y lo viejo fenece.La seguidilla de hechos y realizaciones por todos conocidos, y la velocidad de los acontecimientos, la cualidad de los cambios son razones suficientes para observar que estamos transitando un nuevo ciclo histórico.Nada de ello hubiera acontecido en el orden internacional si a nivel local nuestro país diría no estuvieran los cimientos del proyecto que se construye pero acontece lo nacional y acontece lo internacional en simultáneo: Argentina camina en medio del vendaval mundial sin que nadie quede afuera.Mientras que lo viejo acciona siempre hacia atrás en busca de recrear un escenario del pasado que le permita recuperar el capital perdido. Asi por derecha como por izquierda.
Este gobierno del Frente para la Victoria Peronista con sus vaivenes, sus contradicciones, nació definitivamente entre nosotros. Responde a fuerzas dinamicas que vienen desde lo mas lejano de la historia. Que optó por identificarse con esas fuerzas y estimular su ensanchamiento, su profundidad y su horizonte sin límites. La Argentina doblo la curva de la incertidumbre. ¿Cómo podrían lograr, los que así lo propongan, que volvamos al punto cero alguna vez? Categóricamente imposible. Al menos, en una democracia cada vez más participativa.
Si observamos el mundo que viene es una caja de sorpresas. Hoy estamos en plena caída de aquel viejo mundo que insiste en escalar tirándose al vacío. Cuando termine este desastre político y financiero que está rompiendo a Europa. ¿Qué mundo tendremos ante nosotros?
-Será otro. Pues bien, me pregunto… ¿Cuáles son las fuerzas locales en aptitud y condiciones de darle la bienvenida a esa nueva realidad global si se excluye a esta gestión del Frente para la Victoria Peronista con Cristina a la cabeza?
-Digan lo que digan, no se observa otra fuerza en el horizonte, es inapelable la distancia que media entre el Frente para la Victoria Peronista y el resto de la dirigencia. Fuera de ese espacio está la nada como palanca de una caja de cambio que solo tiene marcha atrás.
-¿Cómo imagina la Argentina después de Cristina?
-Lo que usted me plantea no vale sólo como entretenimiento periodístico, sino como ensayo que nos permita apreciar en su justa dimensión todo lo que se logró en estos años; y las asignaturas pendientes que aun quedan por resolver advertidos por supuesto que lo viejo también vive en las grietas de lo nuevo a nivel personal y colectivo, a nivel institucional y social.
Cada funcionario estatal esté donde esté deberá tener en lo sucesivo y a partir de esta gestión la obligación de tener el contacto personal con el pueblo, con los hombres y mujeres que llamamos pueblo, el humanismo y la predisposición transformadora que demuestra esta gestión de gobierno y esto es lo que llamamos sintonía fina.