Cambiemos está viviendo su propia grieta. El enojo radical por la pérdida de los asientos en el Consejo de la Magistratura que dejó a la UCR sin representación en ese órgano dinamitó la última sesión del año en la Cámara de Diputados y dejó al Gobierno nacional con varias leyes pendientes.
La crisis interna se refleja en la percepción externa ya que aumenta la desconfianza en los acreedores. En al plano político-electoral los radicales también intenta desdoblar comicios donde ven que Mauricio Macri los puede perjudicar, dejándole la tarea de buscar votos en los intendentes, con quien el primer mandatario se reunía este jueves. En este gran desquicio por el momento el gran ganador parece ser González Fraga a quien Dujovne pretendía desplazar del Banco Nación. En la tarea de contenerlos estaría nuevamente involucrado Rogelio Frigerio, pero el radicalismo irá por más y con el calendario electoral incrementarán sus demandas.
El ministro del Interior Rogelio Frigerio comenzó las gestiones para ‘ablandar’ a los radicales furiosos por la pérdida de su representación partidaria en el Consejo de la Magistratura a manos del peronismo en el Congreso y que ostentaban desde 1998 cuando se creó el organismo. Incluso un sector de la UCR tiene sospechas que la denominada por ellos “impericia” de la Casa Rosada podría haber sido una concesión al peronismo. Hace tiempo que los aliados radicales se vienen quejando de la ayuda que reciben algunos mandatarios provinciales del PJ donde la UCR es oposición y podría desbancarlos. Y con el año electoral que se avecina esas ansiedades se potencian con viejos reclamos como la falta de participación en el Gabinete nacional y en la toma de decisiones de la Casa Rosada.
La ira del radicalismo terminó por hacer caer la última sesión del año de la Cámara de Diputados de la Nación donde quedaron pendientes, principalmente, los proyectos venidos del Senado para completar los acuerdos con el peronismo en el marco del presupuesto nacional: la modificación en bienes personales que se retocó por pedido de Miguel Ángel Pichetto y el beneficio para las cooperativas y mutuales que además del impulso del santafesino Omar Perotti tenía sello radical.
Esa sesión de despedida del año de la Cámara baja se intentará el martes 20 pero primero en el PRO deben restaurar la paz con el radicalismo y luego intentar negociar un temario de proyectos con el peronismo que viene de arrebatarle junto con los K, la mayoría de asientos en la Magistratura. Conspira además la cumbre del G20 que paralizará los vuelos al Interior, y nadie quiere quedarse en la Capital.
Tras el estallido de los ‘boina blanca’, Frigerio se puso en la tarea de contenerlos. A él apuntaron como culpable de la pérdida de los consejeros radicales, especialmente del lugar que ocupaba Mario Negri, el jefe del interbloque de Cambiemos en Diputados.
Negri tiene sus propias razones para estar molesto con la Casa Rosada. Quiere ser candidato en Córdoba, donde Macri se lleva muy bien con el gobernador Schiaretti, a quien habría intentado convencer de que sus legisladores no firmen junto con los K los avales para desplazar al radicalismo. De ahí que la ‘impericia’ del Ejecutivo se trastoca en sospecha. El legislador no cree que se hayan hecho esfuerzos suficientes por él.
Hace tiempo que los radicales se quejan de que la Casa Rosada hace muchas concesiones a los gobernadores peronistas a cambio de leyes en el Congreso, donde el oficialismo no tiene mayorías. En esas gestiones siempre está Frigerio. Donde la UCR tendría chances de desbancar al peronismo, encuentran a gobernadores que cada vez se van haciendo más fuertes.
Un ejemplo similar a este reclamo es caso del senador Eduardo Costa, que no votó el Presupuesto 2018 porque argumentó que se le negaban obras a Santa Cruz, donde gobierna Alicia Kirchner, pero donde él podía quedar vinculado al desinterés de Macri.
Con las elecciones cada vez más cercanas, los radicales se toman revancha con la amenaza de adelantar comicios, yperjudicando a Macri.
El gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo promulgó una modificación al artículo 198 de la Constitución provincial que limita a un periodo la reelección de los intendentes, lo que perjudica directamente a los peronistas.
Pero lo más importante para Macri es que Cornejo analiza adelantar los comicios en uno de los principales distritos electorales del país.
Otro que apunta a lo mismo es el jujeño Gerardo Morales, que habría detectado que al Presidente no le va tan bien en las encuestas provinciales y no quiere perder la reelección si va atado de la boleta con el primer mandatario.
La crisis tiene otras repercusiones que la Casa Rosada empieza a atender: la grieta en la alianza gobernante incrementa la desconfianza en los acreedores.
Por el momento el gran ganador de todo este desquicio es el titular del Banco Nación, Javier González Fraga a quien Dujovne pensaba desplazar. No es momento de arrojar nafta al fuego.
Mientras tanto, el Gobierno prepara una cena con los radicales para sellar la paz. Estarían Marcos Peña, Rogelio Frigerio, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó.
Por parte de la UCR irían Alfredo Cornejo, Gerardo Morales, Gustavo Valdés, Mario Negri y Luis Naidenoff. Con Cornejo y Naidenoff ya hubo llamados de Frigerio para calmarlos, el más duro es Negri.
Allí se espera que los radicales planteen todas sus quejas, hagan catarsis, pero también reclamen una política de alianzas electorales claras en cada distrito. Tienen varios temas para negociar: la sesión en Diputados, el adelantamiento de elecciones provinciales y la elección del presidente del Consejo de la Magistratura que está trabada.