Argentina tiene varios desafíos en lo que será la última y más importante etapa del G20, y a menos de 72 horas hay algunos puntos que preocupan más que otros. Por ejemplo, se encontrarán los Presidentes de Estados Unidos y China, en medio de una guerra comercial que ha trabado varios acuerdos de la política internacional. Argentina, en el medio de toda esta pelea, debe mostrarse amigable con ambos países, por un lado, le debe a USA todo el apoyo para que se diera el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI), por el otro, se encuentra China como el principal comprador de aceite de soja y además, la reciente renovación de swaps de monedas.
El país entonces, como mediador, debe lograr, con Mauricio Macri a la cabeza, que se firme el documento unánime en la cumbre del G20. También se aspira a que se recupere la confianza de los inversores globales, pero la tarea también es difícil, en un contexto de crisis social e incluso, de una seguridad pública vergonzosa que en los últimos días con el partido Boca-River le ha dado la vuelta al mundo.
Falta muy poco para que se celebre en la Argentina la última y más importante etapa de la cumbre del G20, y mientras llega el día, el país no recibe con tan buen escenario a los representantes más importantes de la política mundial, ya que en los últimos días imágenes de una sociedad convulsionada y una seguridad pública bochornosa han recorrido el mundo.
El Estado tiene que cumplir objetivos muy importantes durante la cumbre del G20. Recuperar la confianza de los inversores extranjeros es clave, y esto se estaría complicando con el escenario social actual, además, de la suba del dólar y de que el riesgo país está cada vez más alto.
En las últimas horas se supo además, que el Presidente de los Estados Unidos cambió su cronograma para la cumbre del G20. En medio de la guerra comercial con China, se reunirá con el jefe de Estado asiático el sábado 01/12 por la noche, en un lugar secreto.
Además de todo el escenario expuesto, Argentina queda en el medio de la guerra comercial de USA contra China. El Estado debe ser amigable con ambos países, teniendo en cuenta que el Gobierno de Mauricio Macri le debe a Donald Trump su «apoyo irrestricto» para lograr el acuerdo del FMI. Del otro lado está China, con una reciente renovación de swaps de monedas y el principal comprador de aceite de soja.
En medio de todo esto, Macri tendrá la difícil tarea de que el G20 sea un fracaso más en fila dentro de su gestión, o un éxito con la firma de un documento de concenso. «Si no hay confrontación entre Estados Unidos y China, eso va a ayudar mucho», dicen desde la Casa Rosada. Y agregan: «Trataremos de mantener la armonía pese a que existan puntos de vista diferentes entre los países, pero lo que se quiere es lograr el concenso» (refiriéndose al documento final del G20).
Con Estados Unidos y el Gobierno argentino «está todo bien», por lo que las reuniones entre los representantes de USA y Argentina serán «protocolares» con el fin de ratificar el apoyo del acuerdo con el Fondo. Además, se espera que Macri y Trump se reúnan para firmar documentos con los que la administración macrista espera fortalecer aún más la relación bilateral. Uno de ellos es un acuerdo de cooperación y asesoramiento que buscará generar inversiones directas de empresas de los Estados Unidos por hasta US$ 20.000 millones en energía al año.
Con China el Gobierno también aspira a fortalecer la relación a través de la firma de varios tratados comerciales, entre los que destaca un préstamo a la Argentina por US$ 1000 millones.
Además de los asuntos ya mencionados, será relevante la probable presencia en la reunión de Mohammed bin Salman, el príncipe coronado de Arabia Saudí, y de Vladimir Putin, presidente de Rusia, dos de los grandes productores de petróleo. El precio de este ha caído por debajo de los 60 dólares el barril de Brent (una caída de casi el 30% en dos meses) y los dos países están negociando reducir la producción para aumentar el precio. El mundo occidental, empezando por el presidente Donald Trump, que ha mostrado su apoyo al régimen saudí reiteradamente, les presiona para que no lo hagan y el precio baje incluso más. La OPEP se reúne la semana siguiente, pero hay quien considera que el futuro inmediato del petróleo se decidirá en el G20.
Mientras tanto, no hay que olvidar que mientras se da la reunión anual de las principales economías mundiales, la región sigue siendo débil económicamente hablando, región que lucha en medio de conflictos económicos y escándalos de corrupción. La reunión ha dejado a algunos diplomáticos nerviosos acerca de cómo el empeoramiento de la economía argentina, la corrupción en todo el continente y la incertidumbre sobre los nuevos líderes en Brasil y México repercutirán en el resto de la región –según publica Urgente 24-.