El sublinaje ya representa el 21% de los nuevos contagios en el mundo. Se está propagando muy rápido y podría causar una enfermedad más grave.
Infobae – Las características virológicas de las variantes del SARS-CoV-2, como la transmisibilidad, la patogenicidad y la resistencia a la inmunidad inducida por la vacuna y a los medicamentos antivirales, son un problema de salud mundial urgente que cada vez más conmueve las estadísticas y la prolongación de la pandemia.
Este mes de febrero, la variante Ómicron (linajes B.1.1.529 y BA) se propagó por todo el mundo y representa la variante de preocupación dominante en el mundo. Esta nueva versión del coronavirus se reportó por primera vez desde Sudáfrica a fines de noviembre de 2021. Luego, una variante de Ómicron, el linaje BA.1, se extendió rápidamente por todo el mundo y ha superado a otras variantes como Delta.
A partir de este mes, otra variante de Ómicron, el linaje BA.2, se ha detectado en varios países, como Dinamarca y el Reino Unido. En particular, BA.2 ha comenzado a superar a BA.13, lo que sugiere que BA.2 es más transmisible que BA.
En este nuevo escenario, recientemente, una preimpresión escrita por investigadores japoneses le mostró al mundo que la subvariante de Ómicron BA.2 ahora supera a BA.1, la primera subvariante de Ómicron. Su investigación sobre la neutralización revela que el patógeno evade la inmunidad de la vacuna, al igual que Ómicron.
Los investigadores, que incluyen colegas del Instituto de Ciencias Médicas de la Universidad de Tokio, indicaron que BA.2 tiene una carga viral más alta en las células epiteliales nasales. Este gran equipo de investigación japonés también realizó investigaciones de laboratorio con hámsters. Encontraron BA.2 sustancialmente más patógeno que Ómicron. Sugieren que la mutación BA.2 de Omicron (BA.1) amenaza al mundo dada su transmisibilidad e infectividad.
Una ola expansiva
La subvariante BA.2 de la variante del coronavirus Ómicron no sólo se propaga más rápido, sino que también puede causar una enfermedad más grave. Es la síntesis general que este equipo expone en su estudio de laboratorio. Los hallazgos aún por revisar por pares, publicados recientemente en el repositorio de preimpresión BioRxiv, muestran que la subvariante BA.2 puede tener características que la hacen tan capaz de causar enfermedades graves como las variantes más antiguas de coronavirus .
La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que si bien BA.2 es más transmisible que BA.1, la subvariante no es más grave. “Entre todas las subvariantes, BA.2 es más transmisible que BA.1. Sin embargo, no hay diferencia en términos de gravedad”, explicó en un video público Maria Van Kerkhova, líder técnica de COVID-19 en la OMS.
En el último estudio, un equipo japonés dirigido por investigadores de la Universidad de Tokio descubrió que, de manera similar a BA.1, la subvariante BA.2 de Ómicron parece escapar en gran medida a la inmunidad inducida por las vacunas COVID-19. “Los experimentos de neutralización muestran que la inmunidad humoral inducida por la vacuna no funciona contra BA.2 como BA.1″, indicaron los autores del estudio en su documento.
“BA.2 ha comenzado a superar a BA.1, lo que sugiere que es más transmisible que el Ómicron original. Aunque BA.2 se considera una variante de Ómicron, su secuencia genómica es muy diferente de BA.1, lo que sugiere que las características virológicas de BA.2 son diferentes de las de BA.1″, expresaron los investigadores en su presentación.
Cuando los investigadores infectaron a los hámsteres con BA.2 y BA.1, los animales contagiados con BA.2 se enfermaron más y su función pulmonar fue peor. En muestras de tejidos, los pulmones de los hámsters infectados con BA.2 tenían más daño que los contagiados con BA.1, observaron los científicos. “Nuestras investigaciones utilizando un modelo de hámster mostraron que la patogenicidad de BA.2 es similar a la de un B.1.1 ancestral y superior a la de BA.1″, señalaron los autores en un comunicado oficial.
Al igual que el Omicron original, BA.2 era resistente a los anticuerpos en la sangre de las personas que habían sido vacunadas contra la COVID-19. También es resistente a los anticuerpos de las personas que habían sido infectadas con las variantes anteriores del SARS-CoV-2, según pudieron concluir los investigadores. BA.2 resultó ser casi completamente resistente a algunos tratamientos con anticuerpos monoclonales utilizados para tratar la infección por COVID-19, observaron los mismos especialistas. “Junto con un mayor número de reproducción efectiva y una resistencia inmunológica pronunciada de BA.2, es evidente que la propagación de BA.2 puede ser un problema grave para la salud mundial en el futuro cercano”, concluyeron los científicos en el comunicado.