La suba de la carne tomó a varios por sorpresa. Lo que se esperaba para octubre por falta de oferta finalmente llegó anticipadamente y por un efecto colateral: entre el aumento del blue y la implementación del “dólar maíz”, el asado aumentó en promedio un 25% y pasó de$1800 a $2250en las carnicerías. Este factor le sumará más presión a los índices de inflación previstos para este mes y complicará aún más los planes del Gobierno en los meses más calientes del escenario electoral.
Las consultoras macroeconómicas ya comenzaron a reordenar sus proyecciones. Con julio ya cerrado y un promedio aproximado del 7% entre todas las firmas, el octavo mes del año ya se piensa por arriba de ese porcentaje por el peso que tiene la carne en la canasta alimentaria de los hogares.
En la consultora Empiria estimaron una inflación del 6,6% para julio, pero ya proyectan un porcentaje en torno al 8% para agosto. Juan Ignacio Paolicchi, analista de la firma, explicó a TN que, si se tiene en cuenta que la carne representa un 9% del Índice de Precios al Consumidor (IPC), una suba del 10% -de base- generaría una suba directa de la inflación de un punto. A eso se suman los aumentos en precios regulados -combustibles, por ejemplo, que en el inicio de mes ya aumentaron sus valores– y la paritaria de empleadas domésticas.
Camilo Tiscornia, de la consultora C&T Asesores Económicos, aseguró que aún es difícil para hacer proyecciones para agosto, pero estimó un 7,7% para julio y afirmó que cree que agosto “puede estar cerca de eso, o incluso dar más”.
El problema para proyectar, señaló, es que este mes no solo entrará la suba de la carne en el índice, sino que habrá que ver qué sucede con el dólar tras las elecciones primarias. “Lo de la carne es grave y va a tener un arrastre bastante fuerte: puede ser complicado agosto”, destacó.
Por su parte, la fundación Libertad y Progreso proyectó una inflación del 7,5% en agosto. En ese porcentaje incluyó una aceleración en el precio de los alimentos en la última semana, la suba del tipo de cambio blue y un aumento de precios regulados como la luz y la nafta, detalló Aldo Abram, director ejecutivo de la fundación.
“Ese porcentaje [por el 7,5% en agosto] se dará suponiendo que el Gobierno logre controlar la actual depreciación del tipo de cambio con alguna expectativa tras el acuerdo con el Fondo Monetario. Si no, podría ser más”, concluyó Abram.
Sus proyecciones, además, están en línea con el último dato disponible del Revelamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el Banco Central, que arrojó que para agosto, los analistas prevén que el Índice de Precios al Consumidor llegue a 7,5%.
Para agosto hay al menos nueve aumentos confirmados -entre los que se encuentran transporte, alquileres, prepagas y colegios- que presionarán sobre el bolsillo de los argentinos y que complican la intención del Gobierno de frenar la escalada de precios.
El índice correspondiente a julio lo publicará el INDEC el próximo 15 de agosto -dos días después de las PASO- y los analistas estiman que se ubicará por encima del 7%, por lo que se revertirá la desaceleración de los últimos meses, que llegó al 6% en junio.
Además de la aceleración del precio de la carne, impulsada por el nuevo “dólar maíz” implementado para apuntalar las reservas, las últimas medidas del Gobierno también tendrán su efecto en los precios. En primer lugar porque ese tipo de cambio a $340 pensado para incentivar la exportación incrementa su costo interno.
A su vez, la extensión del Impuesto PAÍS sobre el impuesto a las importaciones de bienes (7,5%)y servicios (25%) encarecerán a aquellos productos que tengan insumos provenientes del exterior. Incluso, algunos economistas ya calculan que el impacto de las últimas medidas que Economía acordó con el Fondo Monetario Internacional elevarán un escalón el piso de la inflación prevista para el resto del año.