Acostumbrados a los cimbronazos y a que a cada fuerte salto en la cotización del dólar -oficial o no- se termine trasladando a los precios, muchos comercios comenzaron a aplicar algunas estrategias defensivas para protegerse frente a la incertidumbre económicas. Los avisos de suspensión de ventas o advertencias de posibles cambios en los precios con nuevas listas se hicieron más frecuentes en las últimas horas.
“Cada comercio actúa de acuerdo a su situación pero tenemos que mantener nuestro capital de trabajo. No vivimos algo igual”, aseguró el propietario de una concesionaria como argumento frente a la imparable escalada del dólar de los últimos días.
Algunos rubros, como construcción, venta de automóviles o el sector inmobiliario son los que más rápido buscan cubrirse frente al traslado a precios que, en general, se produce con cada salto en la cotización del dólar “Ciertamente la suba del dólar perjudica al sector representado por la CAC. La incertidumbre que genera dificulta el cálculo del costo de reposición de las mercaderías y esto puede hacer que algunos comerciantes, en este escenario tan complejo, opten por suspender ventas”, señaló a Infobae Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
“No es algo querido por nadie. Lo natural para el sector mercantil es comprar y vender; pero ante circunstancias excepcionales hay quienes optan por esta estrategia defensiva, en un lógico intento de evitar la descapitalización de la empresa. De todos modos, se trata de casos puntuales, en términos generales la actividad comercial se desenvuelve con ‘normalidad’, entendiendo por ‘normalidad’ el muy desafiante escenario que presenta la economía local desde hace ya demasiados años, caracterizado por muy elevada inflación, carga tributaria excesiva, trabas a las importaciones, industria del juicio laboral, entre otras. La capacidad de resiliencia del empresario argentino es sorprendente”, señaló Grinman.
Los pequeños comercios son los más afectados. “Al comercio pyme lo afecta por el aumento de costos y la caída de la demanda. Ya con el acuerdo de Precios Justos, al que adhirieron las grandes superficies, produjo un corrimiento de la demanda de los supermercados y comercios de cercanía hacia las grandes cadenas. Obviamente esto afecta la rentabilidad. No somos formadores de precio y quedamos en condiciones dificultosas para competir”, explicó Salvador Femenía, secretario de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
“Por ahora no hay suspensión de ventas, pero estamos perdiendo referencias con los precios. Y esto nos pone en una situación muy complicada. No tenemos espalda para soportar esto y el que la tiene se somete a pérdida de capital de trabajo”, agregó Femenía.
En el sector automotriz, que ya venía con restricciones en la oferta de vehículos, aseguran que se sigue vendiendo, sobre todo con opciones de financiación a tasa fija mientras que esperan aumentos en los precios de 7% en promedio a partir de la semana próxima para autos de fabricación nacional. Mientras tanto, y más allá de la suba del dólar, los autos importados “no tienen precio” ni modelos disponibles, ya que depende de la liberación de las autorizaciones del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA).
Para las pymes industriales el problema es el aumento del precio de las materias primas que utilizan en sus procesos productivos. “Nadie está en condiciones de suspender ventas; pero algunos proveedores de materias primas ya avisaron que cambiaron los precios. Hubo listas que cambiaron del viernes a hoy. Estamos en la expectativa de que esto se normalice o se tranquilice. Las pymes no podemos suspender entregas p hacer lo que queremos. Si lo pueden hacer las grandes”, dijo Marcelo Fernández, presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA).
Para las inmobiliarias, la suba del dólar informal también representó un freno en las operaciones. “La actual coyuntura respecto a la disparada de varios de los tipos de cambio afecta, sin dudas, al mercado inmobiliario. Cualquier episodio de inestabilidad cambiaria de este calibre en forma directa genera un parate absoluto en el mercado”, destacó Marta Liotto, presienta del Colegio Profesional Inmobiliario (CPI) de la ciudad de Buenos Aires.
“Este caso es aún más grave, ya que golpea sobre un sector que apenas había comenzado a acomodarse luego de la peor crisis de la historia a raíz de la pandemia. Es indispensable que, desde el Estado, se pongan en práctica todas las herramientas posibles para devolver previsibilidad a las variables económicas, ya que esa es la única forma de que el mercado inmobiliario pueda reactivarse”, agregó. Las ventas habían tenido un repunte en marzo pasado, que con más de 2.800 escrituras oficializadas en CABA fue el mejor mes de marzo en operaciones desde 2018.
Los economistas advierten sobre el rápido traslado a precios de esta imparable suba del dólar no oficial. “Comenzamos a registrar un virulento movimiento al alza del dólar blue que va más allá de una recomposición natural del atraso que venía mostrando respecto a la inflación, orientándose a niveles de brecha (120%) de crisis. Es el mayor nivel desde inicios de la gestión de Sergio Massa”, explicó Santiago Manoukian de la consultora Ecolatina.
“En una economía con creciente indexación y acortamiento en los contratos, asistimos a una etapa en la que, producto de las fuertes restricciones de acceso al dólar oficial y la incertidumbre imperante, se han ido aceitando cada vez más distintos mecanismos que generan una mayor transmisión de los movimientos en los tipos de cambio paralelos a los precios. En este marco, es esperable que estos movimientos generen un mayor traslado a precios de lo que veíamos en el pasado”, añadió.