La Selección le tapó la boca a los críticos y mostró caballerosidad en la victoria ante Croacia.
Tanto se habló en la previa de Argentina-Croacia. Tantas cosas se dijeron. Tantos martillazos intentaron darle a la Selección Argentina y a Lionel Messi, poniéndolos en el ojo de la tormenta, acusándolos de no tener fair play y de no saber ganar, luego de los gestos en el picantísimo cruce de cuartos de final ante Países Bajos, el viernes, en el que el equipo de Lionel Scaloni avanzó de ronda luego de triunfar en los penales.
Pero todos esos estiletazos no lograron herir a la Selección. El conjunto argentino estuvo enfocado, goleó a Croacia, se metió en la final del Mundial de Qatar y (fundamentalmente) dejó en claro que el equipo sabe ser ganador. Después de esta victoria, hubo absoluto respeto al rival derrotado. Y hubo varias muestras.
Una de ellas, la imagen más emblemática, que fue registrada por la FIFA, fue el abrazo que se dieron Angel Di María y Luka Modric, luego del final partido. Como dos grandes caballeros del fútbol, ex compañeros en el Real Madrid, Angelito y la figura de Croacia demostraron que se puede tener un espíritu amateur aun en el más alto nivel. Al fin y al cabo, el fútbol es un juego.
Otra gran imagen se vio en la zona mixta, a la salida del campo de juego. Cuando Messi estaba por empezar la entrevista con un canal de televisión argentino, se acercó el técnico de Croacia, Zlatko Dalić, a saludarlo y se dieron un beso y un abrazo.
El post partido fue muy diferente al encuentro con Países Bajos. Y todo se dio en el marco de un absoluto respeto. Incluso, cuando Modric salió, hubo aplausos de todo el estadio, también de los argentinos presentes. Es que se reconoce al buen futbolista que es el croata, quien jamás se prendió a la ola mediática que intentó armar un sector de la prensa de Madrid en contra de Messi.
Otro de los apuntados había sido Emiliano Martínez. Dibu se desbordó tras el triunfo sobre Países Bajos. Pero ante Croacia se fundió en un abrazo con el arquero rival, Dominik Livakovicć.
De toda esta situación enrarecida que se había generado, Scaloni había hablado en la conferencia de prensa que dio un día antes de la semifinal. «Sabemos perder y sabemos ganar. Perdimos contra Arabia y nos fuimos callados al hotel. Ganamos la Copa América y se vio la mejor imagen deportividad con Messi, Neymar y Paredes sentados en los escalones del Maracaná. No compro eso de que no sabemos ganar, un poco de orgullo tenemos que tener”, expresó el entrenador argentino. Y sus jugadores le dieron la razón en la cancha. Argentina supo ganar y fue muy respetuoso con su rival.