La segunda crisis que afecta a Vaca Muerta

El congelamiento del valor del barril dictaminado por Nación pone en jaque la actividad en la llamada «segunda Pampa Húmeda». Las operadoras reconocen que viven un momento de incertidumbre y esperan cambios en la norma….

jueves 22/08/2019 - 10:13
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El congelamiento del valor del barril dictaminado por Nación pone en jaque la actividad en la llamada «segunda Pampa Húmeda». Las operadoras reconocen que viven un momento de incertidumbre y esperan cambios en la norma.

Según publica el diario Río Negro, la publicación y el sostenimiento del Decreto de Necesidad y Urgencia 566/19 que instauró un barril congelado para el petróleo argentino sumió a las operadoras de Vaca Muerta en una incertidumbre que se extiende mucho más allá de los 90 días de vida de la medida.

Desde el mismo gobierno nacional se pregonó la idea de que Vaca Muerta es la segunda Pampa Húmeda del país, por el potencial que posee para generar el ingreso de divisas contantes y sonantes. Siguiendo esa imagen, el congelamiento del barril lo que está generando una sequía en esta segunda Pampa Húmeda.

Para las primeras operadoras en apostar al shale neuquino la crisis que se vive primero con la corrida cambiaria y luego con el cepo al precio del crudo, es en realidad la segunda sequía que experimenta Vaca Muerta.

La primera temporada de malas cosechas ocurrió desde fines de 2015 y se extendió durante casi todo el 2016. En esa oportunidad la causa fue la estrepitosa caída del precio del Brent, el crudo de referencia para el mercado argentino que pasó en pocos meses de cotizar a 80 dólares para caer hasta los 30 dólares.

Esa primera sequía dejó un tendal de efectos colaterales y sus consecuencias negativas se extendieron por más de un año y llevaron a que el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, instaurara el Barril Criollo, que creaba un precio interno superior al que cotizaba cruzando la frontera.

Esta primera sequía llevó a que YPF resolviera la baja de 33 equipos petroleros, entre torres de perforación, pulling y workover en todo el país, y unos 11 en Vaca Muerta. En las filas de los afiliados al sindicato petrolero se contabilizaron 1.700 suspensiones, la mayoría de las cuales con el paso de los meses terminaron convirtiéndose en despidos.

La actividad en Vaca Muerta se frenó abruptamente y la fiebre que se vivía desde 2014 se borró dando lugar a una batería de medidas para achicar los costos, entre ellas la adenda laboral de los no convencionales.

La segunda sequía sobre Vaca Muerta acaba de comenzar y si bien lleva la cotización del barril nuevamente al rango de los 40 dólares, sus efectos aún son inciertos pues los costos actuales no son los mismos que en 2015.

Baja de equipos
Algunas operadoras como Vista Oil&Gas y Tecpetrol ya bajaron equipos que no estaban en actividad, mientras que desde otras firmas se postergó el cierre de licitaciones para nuevas obras a la espera de un panorama un poco más certero.

La fotografía de Vaca Muerta entre esa primera sequía y la actual es muy distinta. La nueva crisis encuentra a un mayor números de operadoras en actividad, con desarrollos mucho más avanzados y con la ventaja que da haber avanzado rápidamente en la curva de aprendizaje.

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