El acelerado crecimiento de uno de los históricos árboles del sector pone en riesgo la vivienda de Lucía, quien vive allí hace más de 45 años. Una gruesa raíz que pasa por debajo del terreno produjo grietas en el piso y paredes. Su mayor temor es que el movimiento de suelo rompa un caño de gas, poniendo en riesgo su vida. Con la desesperación a cuestas, colgó una bandera en el frente de su casa reclamando las respuestas que hace 3 años no llegan.
Cada persona que pasa por el largo tramo de la avenida Tehuelches, entre Miguel Jones y la conexión con avenida Lángara del barrio General Mosconi, queda observando la llamativa bandera colocada sobre el frente de una de las viviendas.
Con vivos colores y un mensaje dirigido hacia el intendente Juan Pablo Luque, responsable de la Municipalidad de Comodoro, Lucía Agustinho busca encontrar las respuestas que hace 3 años no recibe.
La primera presentación de su situación ante el Municipio la hizo en 2018, cuando los daños en su vivienda comenzaron a evidenciarse. “Desde aquel momento pedía que al menos corten la raíz que pasa por debajo de la colectora de avenida Tehuelches e ingresa a mi casa”, comenta en diálogo con El Comodorense.
Pero lo que recibió en ese entonces fue el comentario del único funcionario municipal que se acercó, que le dijo: “Si sacamos el árbol los vecinos se van a enojar”.
Así pasaron los días, meses y años. Ya cuenta más de 907 días sin soluciones, y en cada jornada el daño en su casa fue empeorando.
Varias veces debió destapar la cloaca por las raíces que la tapaban y no permitían el correcto funcionamiento del baño o pileta de la cocina. Pegó las cerámicas del piso rotas hasta que se cansó porque siempre se volvían a trizar, y cada vez peor.
Para colmo, ante la llegada de la pandemia cada arreglo debía hacerlo la mujer de 70 años por su cuenta, con la ayuda de su hija, porque los plomeros no podían ingresar a su hogar debido a los estrictos protocolos. “Muchas veces he tenido que sacar hasta el inodoro del baño porque el caño principal estaba lleno de raíces y no hay forma de que se destape”, describió al respecto.
Las construcciones próximas también acusan daños. La casa de su hija que se ubica en el mismo terreno tiene fisuras en el piso de la cocina, mientras que una vecina debió cambiar todo el piso tras sacar las raíces que tenía debajo.
Así las cosas, la señora vive con el temor de que en algún momento se produzca un daño en la red de gas que pondría en serio riesgo su vida.
“Espero que se haga eco la municipalidad porque yo como contribuyente cumplo con todos mis impuestos”, pide Agustinho que dice no haber tenido “ninguna respuesta por parte del Municipio”.
La vecina entiende que se trata de un árbol histórico, “pero si lo hubieran mantenido y podado desde la copa no tendría por qué haber producido este problema”.
Sobre esto último comentó: “Cuando el mantenimiento estaba a cargo de YPF, ellos podaban los árboles desde la copa, desde arriba, lo que evitaba que sigan echando raíces”.
Lucía sigue aguardando alguna respuesta por parte de las autoridades antes de perder su casa o que suceda una catástrofe por la rotura de un caño de gas. Son más de 907 días de reclamos, sin ningún acercamiento oficial, y desea no tener que renovar la bandera con otra cifra más elevada.
Hasta ahora, fueron más los vecinos y curiosos que preguntaron por su situación que los funcionarios que la visitaron. Espera entonces hacerse oír y que el problema sea solucionado de raíz.