La crisis comenzó a plasmarse en febrero del año pasado. Pese al lanzamiento del Plan Gas Ar la generación sigue en picada. Surgen críticas al programa de Valor Agregado Nacional.
Si bien el gobierno nacional puso en marcha el Plan Gas Ar, un nuevo programa de subsidios a la generación del fluido, la producción nacional de gas sigue en picada y ya acumula nada menos que 13 meses consecutivos de caídas interanuales, que auguran un complicado invierno.
En los registros que posee la secretaría de Energía de la Nación se observa cómo desde febrero del año pasado todos los meses la producción total del país ha sido menor a la que se había registrado en los mismos cortes del año anterior.
Es que a diferencia de lo que ocurre con el petróleo, donde puede compararse la producción de un mes con la del anterior para analizar la evolución del sector, en el caso del gas natural las fluctuaciones que imprimen en la demanda las diferentes estaciones del año, hacen que la mejor comparación sea siempre la interanual.
Esta caída que viene registrándose en el sector es tal que en febrero de este año, los 114,52 millones de metros cúbicos de gas natural que por día se generaron contrastan no solo con los 127,71 que se habían extraído en el mismo mes del 2020, sino en especial con los 134,66 millones de metros cúbicos que se generaron en febrero de 2019.
Esta comparación marca que en solo dos años la contracción en la producción nacional de gas del mes es un poco más de 20 millones de metros cúbicos por día, un volumen no solo cuantioso, sino que incluso que es muy superior al del principal bloque productor de gas del país.
De la mano de la Resolución 46/2017 la producción nacional de gas tuvo un fuerte impulso. El programa de estímulo a la producción no convencional (junto con la Resolución 447 para el tight) potenció el desarrollo del gas de Vaca Muerta.
El área Fortín de Piedra, de la firma del Grupo Techint Tecpetrol, fue el estandarte de este impulso, ya que en dos años logró pasar de una producción nula a ser el principal bloque productor de gas del país, entregando hasta 17,5 millones de metros cúbicos de gas por día.
Pero los registros marcan que en febrero de 2019 se produce un quiebre en esa tendencia de crecimiento, y si bien la producción mantiene una inercia por varios meses, el declino finalmente llega en la comparación interanual en febrero del 2020.
Precisamente, a mediados de febrero de 2019 el gobierno de Mauricio Macri recortó el programa de subsidios, reduciendo los pagos a únicamente la producción que había proyectado cada empresa en su primera presentación, pero también dejando afuera del plan a 12 proyectos que habían sido preaprobados por el gobierno de Neuquén.
El tijeretazo respondió no solo a la estrechez presupuestaria y la disparada del dólar dentro de un plan que en ese año garantizaba a las empresas 7 dólares por millón de BTU, sino también a las consecuencia de las directrices de reducción de subsidios marcada por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La consecuencia de estos recortes no solo fueron las presentaciones judiciales, que en el caso de Tecpetrol se acordaron acortar tras su incorporación al nuevo plan de estímulos, sino que el mayor efecto fue el que se vio de inmediato en los niveles de actividad y, con el paso de los meses, en la caída de la producción.
A nivel nacional fueron 8 los equipos de perforación que ese mismo mes salieron de funcionamiento, es decir prácticamente el 11% de los rigs del país, a raíz del cambio de reglas que introdujo con el recorte el entonces secretario de Energía Gustavo Lopetegui. Pero además de esa baja de equipos, fueron muchas más las torres que dejaron de taladrar en la búsqueda de gas y fueron redireccionadas a campos petroleros.
Desde ese febrero de 2019 hasta diciembre del año pasado, cuando el gobierno puso en marcha el Plan Gas Ar, las inversiones en el segmento del gas fueron paupérrimas y a la vista están los resultados de casi dos años de sumar escasos pozos productores.
El achique que sale caro
La reinterpretación que se hizo de la Resolución 46 permitió al gobierno nacional achicar en no más de 600 millones de dólares el costo que podría haber tenido el programa con la incorporación de nuevos desarrollos que, por el contrario, podrían haber sumado una producción de hasta 50 millones de metros cúbicos por día.
Pero el impacto de la menor producción nacional está forzando al gobierno a duplicar la importación de gas natural licuado (GNL) para lo cual la secretaría de Energía estimó que necesitará 1.000 millones de dólares para su importación, a los cuales se sumará el costo de la contratación de un segundo buque regasificador.
Pero ese no será el único costo que el gobierno y el país deban afrontar por la menor producción de gas, ya que por las centrales de generación térmica llevan meses teniendo que completar sus operaciones con otros energéticos, en su mayoría combustibles líquidos que son más costos y más contaminantes.