El modelo económico de especulación financiera del macrismo termina con un fracaso tan estrepitoso que el próximo Gobierno tendrá espacio político para cortarlo de raíz.
Alberto Fernández lo anticipa cuando dice que su administración pagará el aumento a los jubilados con los intereses de las Leliq. La plata hay que ponerla a trabajar, es el concepto que está detrás de esa afirmación. Pero a trabajar en sentido clásico, de movilizar recursos para que haya crédito a la producción, el consumo y la economía real, no como ha sido bajo la experiencia de Cambiemos, donde la valorización de los capitales generó un caudal de ganancias extraordinario para bancos, inversores extranjeros y rentistas de todo tipo, mediante tasas de interés arriba del 70 por ciento y devaluaciones permanentes.
El equipo de economistas que acompaña al candidato del Frente de Todos estudia un paquete de medidas en la nueva dirección. Una de ellas es establecer regulaciones al sistema bancario para que vuelva a prestar a las pymes y a la industria a tasas subsidiadas, de modo que vaya orientando los fondos que hoy inmoviliza en títulos del Banco Central (Leliq y pases) al crédito productivo. El giro seguramente será resistido por el establishment financiero, pero su instrumentación supone una condición básica para empezar a salir de la depresión que castiga a la Argentina hace más de un año y medio. Medidas de ese tipo no son una novedad, sino que ya se aplicaron con éxito hasta 2015.
En resumen, el objetivo será empezar a volcar fondos que hoy los bancos destinan a las Leliq y pases en el Central a reactivar el canal crediticio para las empresas y los consumidores. “La situación actual de liquidez que presenta el sistema bancario triplica los niveles vigentes al fin de la convertibilidad. Como es sabido, esa liquidez hoy se encuentra estacionada fundamentalmente en las Leliq, pero, en un contexto de remonetización de la economía, esos recursos deberían reorientarse hacia la recomposición del canal del crédito. Hoy la relación crédito/PIB se ubica en los niveles más bajos desde 2004”, argumenta el informe. En esa línea es que Fernández dice que hay que usar la plata de las Leliq para aumentar las jubilaciones, utilizando el financiamiento a la producción como un mecanismo para volver a “encender la economía”.
Sin embargo, para llegar a ese punto es necesario encarar previamente temas más urgentes. El primero es poner un freno efectivo a la fuga de divisas, no como ocurre con las regulaciones vigentes, que resultan poco menos que un colador. La situación actual es mucho más crítica que la que existía en 2011 cuando se fijaron las primeras regulaciones para la compra de divisas, pero se la enfrenta con límites más endebles. La razón principal es que Macri no quiere asumir el costo de endurecer el cepo cambiario antes de las elecciones. Esa actitud temeraria ha sido una constante durante su gobierno, con los resultados conocidos.
Salir del círculo vicioso del modelo de valorización financiera que lleva a la Argentina cada vez más abajo y empezar a recrear las condiciones para la recuperación de salarios y jubilaciones, aumento del consumo, la producción y el empleo requiere que los bancos, en lugar de obtener ganancias fáciles con tasas siderales, pongan la plata a trabajar.