La crisis generada por el coronavirus y la consecuente baja del precio del crudo continúan impactando de lleno en la industria petrolera.
La compañía Medanito, que ya venía con problemas desde hace tiempo, no pudo cumplir con el pago de capital de una obligación negociable vencida el pasado 31 de marzo. En una nota enviada a la Comisión Nacional de Valores, la empresa atribuyó el incumplimiento a la emergencia sanitaria que la forzó a reducir al mínimo sus operaciones.
En su balance de 2019 Medanito declaró pérdidas por 6717 millones de pesos. Ese resultado estuvo influenciado fundamentalmente por el rojo que le generó la decisión del gobierno de Mendoza de quitarle en mayo del año pasado la explotación de Chañares Herrados, lo que le provocó a la firma comandada por Alejandro Carosio pérdidas por deterioro de activos de 5257 millones. A raíz de esa situación es que la sociedad presentó un patrimonio negativo de 4285,8 millones de pesos.
La compañía, controlada por las familias Carosio y Grimaldi, ya venía con problemas y la pérdida de esa concesión terminó de agudizarlos. Mendoza argumentó que Medanito no había cumplido con el compromiso asumido en 2017 de perforar dos pozos en el área. La petrolera impugnó la decisión, pero no pudo revertirla, situación que la dejó en una situación delicada frente a sus acreedores.
El 16 de diciembre de 2016 Medanito realizó el cierre de una subasta correspondiente a una emisión de Obligaciones Negociables, Clase 10, con vencimiento a tres años por 20 millones de dólares. Sin embargo, el 5 de diciembre de 2019 realizó una propuesta de reestructuración consiste en cancelar intereses y una parte muy menor del capital a cambio de estirar el proceso de incumplimiento hasta el 31 de marzo de este año. La propuesta fue aceptada entonces por el 96,52 por ciento de los acreedores, pero la solución de fondo está lejos y la quiebra asoma en el horizonte.
“Técnicamente no es un default sino un incumplimiento y una renegociación del pago del capital. Estamos conversando con los acreedores para encontrar una salida. Vamos a tener que generar una reprogramación del vencimiento, sino es inviable”, aseguró Carosio al portal Desarrollo Energético.
A su vez, el 18 de octubre de 2017 la firma había recibido un préstamo sindicado por 80 millones de dólares de manos de los bancos Credit Suisse International, Banco de la Ciudad de Buenos Aires, Itaú Unibanco Nassau Branch, HSBC Bank Argentina y Banco de Inversión y Comercio Exterior. La empresa no pudo cumplir con los pagos de amortización de capital e intereses del préstamo y fue negociando sucesivas prórrogas. El último acuerdo de espera venció también el 31 de marzo.
Fuente: Página12/ Fernando Krakowiak