A pesar de la supuesta recuperación económica que publicita el Gobierno, los datos oficiales volvieron a marcar una agudización de la crisis en el empleo. Las estadísticas informadas este jueves por la Secretaría de Trabajo muestran que en marzo hubo 30.700 empleos registrados menos que en febrero, 86 mil posiciones destruidas en el primer trimestre y 268.400 puestos caídos respecto del mismo mes del año pasado.
Dentro de ese universo, uno de los sectores más golpeados volvió a ser la industria. Los puestos perdidos ya trepan a 137.900 desde que gobierna Mauricio Macri en la actividad fabril. El nivel de empleo se retrajo allí en 39 de los 40 meses de la gestión de Cambiemos según los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino.
Alcanzar su nivel más bajo en diez años implicó la pérdida del 11 por ciento de las posiciones manufactureras registradas a fines de 2015. Durante marzo hubo 6100 empleos industriales menos que en febrero, con una caída de 15.000 puestos en el primer trimestre y un recorte de 69.000 posiciones en doce meses. La pérdida de posiciones fabriles es resultado directo de la reducción del mercado interno que acompañó a la devaluación, la suba de tasas y el ajuste fiscal. Las cifras del Indec revelaron que la capacidad de compra de los trabajadores retrocedió en marzo 10,7 por ciento. Más conservadoras, las estimaciones de la cartera laboral indicaron que los salarios promedio cayeron 8,3 por ciento en el tercer mes del año.
La producción manufacturera disminuyó en marzo 13,4 por ciento respecto de igual mes del año pasado. La parálisis se observa en los reducidos niveles de utilización de la capacidad instalada, que se ubicaron en marzo en el 57,7 por ciento. En otras palabras, la industria funciona a media máquina y eso se traduce en suspensiones, despidos y cierres de empresas –según publica Página 12-.
Un documento publicado por la Unión Industrial Argentina advierte sobre “la delicada coyuntura industrial, que afecta principalmente a las pymes más alejadas de los grandes centros urbanos”. El reporte empresario destaca que en nueve jurisdicciones del país, el empleo industrial cayó más del 10 por ciento en últimos tres años. “Tierra del Fuego, La Rioja, Catamarca y San Luis fueron las que más empleo fabril perdieron”, precisa la UIA al enumerar un decálogo de “propuestas” tributarias, crediticias, regulatorias, energéticas y logísticas para impulsar el desarrollo regional.
Todos pierden
La crisis laboral no se limita a la actividad industrial. Las estadísticas muestran que en marzo hubo 30.700 empleos registrados menos que en febrero, 86 mil posiciones destruidas en el primer trimestre y 268.400 respecto del mismo mes del año pasado. La cifra equivale a una pérdida de 735 empleos registrados por día a lo largo de los últimos doce meses. Las bajas son generalizadas pero se concentran en el sector privado, donde se contabilizó la pérdida de 14.100 puestos en el mes y 161 mil posiciones en un año.
Las actividades que encabezan las caídas son comercio, transporte y construcción, tres actividades vinculadas a la dinámica del golpeado mercado interno. La actividad comercial, la más populosa en el sector privado desde que desplazó a la menguante industria, anotó la pérdida de 2600 empleos en marzo y 46.000 puestos en un año. Desde que asumió el gobierno, la actividad perdió 16.000 empleos. El rubro transporte, por su parte, marcó una leve caída de 200 puestos en el mes que suman 18.300 posiciones en doce meses. Y la construcción muestra la caída de 1800 empleos en marzo y 10.900 en un año.
“Los datos de empleo registrado muestran la profundización en la crisis del mercado de trabajo. A pesar de las promesas del gobierno, la situación laboral no sólo no mejoró sino que empeoró tanto desde el punto de vista de la cantidad de trabajadores como del poder adquisitivo del salario”, explicó a PáginaI12 el economista Diego Schlesser. La Encuesta de Indicadores Laborales que permite anticipar el comportamiento del empleo arrojó en abril una caída interanual de 2,6 por ciento. Las actividades que explican esa caída son las mismas: industria, construcción, comercio y transporte. “Esto es consecuencia de una política monetaria y fiscal contractiva, que agrava las condiciones económicas de las empresas y las personas, y porque el Gobierno se rehúsa a aplicar políticas contra cíclicas para frenar la caída”, agregó el economista.