La política económica de Cambiemos generó en cuatro años la destrucción de 19.131 empresas, lo que representa una retracción del 3,4 por ciento con respecto a los registros de 2015. “Tomando solamente el último año, la caída alcanza al 2,7 por ciento, la mayor pérdida desde la crisis de 2001-2002, lo que da cuenta del fuerte impacto de la corrida cambiaria y las posteriores medidas de ajuste fiscal y monetario”, señala un informe de la consultora Radar.
La tendencia se intensificó con la crisis que arrancó el año pasado, de la que no escaparon ni grandes ni pequeñas empresas. “Todo indica que esta dinámica se mantendrá en lo que resta del año”, agrega el informe de la consultora que conduce la economista Paula Español.
La literatura económica –también el sentido común- asocia los procesos de crecimiento económico con una creación neta de empresas. Desde que asumió Cambiemos, lo que hubo fue destrucción de firmas, que se intensificó cada año. El Gobierno intentó justificar esta situación con una reconversión de la actividad económica desde actividades menos competitivas a áreas de mayor demanda. Sin embargo, las cifras oficiales de la AFIP reflejan pérdida neta de fuentes de empleo de calidad y alta capacitación contra un alza del total de monotributistas registrados.
La apertura comercial al ingreso de importados fue la primera herida que le provocó el macrismo al empresariado, al que obligaron a competir en un escenario de contracción de la demanda y constante aumento de los costos producto de tarifazos en servicios y combustible. De acuerdo con los registros de la AFIP, en junio de 2015 había 564.324 empresas empleadoras. En junio del año siguiente hubo un aumento de 284 firmas registradas hasta totalizar los 564.608. Luego comenzó la caída. A mediados de 2017 ya se habían perdido 1803 empresas (562.805 total a junio), para el año siguiente cerraron otras 2591 (560.214) y para junio de este año hubo 15.021 firmas en quiebra (545.193).
El resultado total es la destrucción 19.131 empresas entre junio de 2015 e igual mes de este año. “Los motivos de la caída de la cantidad de empresas son la menor demanda interna, el aumento del costo financiero –en este caso, del capital de trabajo- y falta de previsibilidad para hacer negocios”, de acuerdo con el informe de Radar. “La fuerte y transversal caída que se registra actualmente da cuenta del grave proceso de ajuste estructural regresivo”, agrega Radar.
Los sectores más perjudicados fueron el comercio, con la pérdida de 5405 empresas, un 3,4 por ciento respecto a cuatro años atrás. El resultado es consistente con los registros oficiales y privados que muestran, salvo en algunos meses previos a la elección de 2017, que el consumo mantuvo una constante tendencia a la baja. “Al ser una actividad relacionada principalmente a la evolución del mercado interno, estos resultados se deben a dos motivos: la fuerte caída del poder adquisitivo y el mayor peso de otro tipo de consumos como consecuencia del fuerte incremento de las tarifas pagadas por los hogares”, explica. Es una actividad con especial presencia de pequeñas empresas.
El otro segmento con deterioro fue logística (transporte y almacenamiento), con 5290 empresas en quiebra, vinculado fuertemente a los ciclos de actividad económica. Le sigue la industria, con 4074 empresas menos, que representó una caída de 7,3 por ciento, “lo que ratifica que este sector atraviesa un proceso de ajuste estructural y desmembramiento productivo”. “La caída se sostuvo durante todos los meses en cuestión, y se ha acelerado en los últimos tiempos: durante los primeros seis meses del año la baja fue de 3,1 por ciento en relación al mismo período de 2018”, detalla. “Si bien no hay registros oficiales con apertura a nivel de sub-ramas, los datos de empleo nos permiten estimar que la caída es transversal a toda la industria manufacturera”, detalla.
En agro, pese a la quita de retenciones que se aplicó para fomentar la actividad, se registró una pérdida de 3568 empresas. “El agro destruyó empresas, a pesar del crecimiento de la producción, con una baja de 6 por ciento en el número de empleadores en cuatro años. Esto se debe a dos motivos: por un lado, porque más allá del buen desempeño de los cultivos tradicionales, varias economías regionales o sectores con mayor preponderancia pyme tuvieron caídas durante todos estos años”, de acuerdo con el informe.
La contracara fue una mejora de 2 por ciento en los últimos cuatro años en emprendimientos personales, que suelen estar en el límite de la informalidad. “Por ende, responde a un fenómeno que también explica el aumento del cuentapropismo que se observa en los datos de empleo del Indec”, concluye. Si se analiza por tamaño, en cuatro años cerraron 18.519 empresas de hasta diez empleados, esto es, una caída de 3,8 por ciento. La caída de este tipo de empresas suele superar al del promedio de la economía. En total, representan el 85 por ciento del total de empleadores. En firmas medianas hasta 500 trabajadores, quebraron 1169 firmas.