Los «peores pronósticos» se hicieron realidad la semana pasada, y se asentaron como el principio de nuevos cimbronazos en un marco en el cual el Gobierno de Mauricio Macri perdió la gracia del círculo rojo financiero en medio de la incertidumbre total con analistas esperando que las tensiones cambiarias sigan a la orden del día y augurando que la divisa toque pronto el techo de la banda en solo días. En ese marco, se habla de la intención de vender reservas, lo cual no caería en gracia al FMI, con quien pondrían surgir discusiones «electorales» contra acuerdo. Muchos son los análisis y especulaciones, lo único cierto es que el Círculo Rojo va tomando cada vez mayor distancia, y octubre se aleja para la actual administración.
Sólo en los peores pronósticos se esperaba que el dólar avanzara con la fuerza que lo hizo en los últimos días. Y todavía no se conoce a los candidatos para la elección de octubre, para el cual es camino aún resulta largo.
Pero la semana pasada el billete rompió los pronósticos de esa suba hasta octubre y trepó hasta superar los 47 pesos y no pudo sino encender las señales de alerta del Gobierno. A ello se sumaron otros indicadores en rojo como un riesgo país por encima de los 1000 puntos, un récord para la era Macri, y seguros contra default con un avance de hasta el 24% en el plazo a dos años, lo que demostró que los inversores ven a la Argentina como una zona con demasiada turbulencia. La tasa de interés escaló hasta el 72%, a poco del récord de 73,52%.
Así esta semana comienza contagiada por las turbulencias de las últimas ruedas, con un dólar que por primera vez superó el centro de la zona de no intervención y con el temor a que siga acercándose al techo de esas bandas, hoy congelado en los 51,44 pesos –según publica Urgente 24-.
En este marco los analistas y operadores creen que el factor fin de mes pondrá presión a los mercados, a lo que se suman las medidas de fuerza a las que el sector bancario se sumará el martes, lo que también afectará a los puertos en tiempos de liquidación de divisas, el miércoles tampoco habrá actividad por el feriado del Día del Trabajador, por lo que habrá que seguir de cerca como operarán los activos argentinos en el exterior.
Algunos afirman incluso que «no sería una sorpresa que el dólar tocara la banda esta semana», lo cual no puede al menos descartarse.
«Una vez que el dólar toque 51,45 pesos, el BCRA empezará a vender reservas. Las reservas del BCRA de ‘verdad’, ascienden a tan sólo US$20.000MM. Nadie puede saber a priori cuántas reservas estará dispuesto a perder el BCRA. Menos aún, cuántas reservas convalidará el FMI perder», aseguró el último informe de ‘Economía y Regiones’.
Y continúa: «Lo que sí podemos suponer es que difícilmente se termine convalidando una pérdida mayor a US$9.000 MM o US$10.000 MM. Si el BCRA vende US$200 MM (US$250 MM) diarios, los US$9.000 MM de reservas duran 45 (36) días hábiles, o sea 2 meses (1 mes y medio)».
Otros estiman que el Gobierno va a querer vender reservas en gran cantidad y, por supuesto que al FMI, al cual no le hará gracias, preferirá que el tipo de cambio se vaya arriba todo lo que se deba a ir.
Pues, sino dejan vender reservas, ¿habrá que poner tipos de cambio diferenciales o control de capitales, un disimulado cepo?
La suba de retenciones, por su parte, ya fue análisis de la semana pasada, mientras reina la amenaza del FMI de dejar caer el acuerdo con el consabido riesgo de default aún más cerca…
El organismo de crédito advirtió a principios de mes que «las elecciones nacionales de octubre representan los riesgos más visibles en el corto plazo»: «Los candidatos presidenciales se anunciarán en junio, a partir del inicio de la carrera electoral y el sondeo de intenciones electorales. Esto podría aumentar la ansiedad del mercado, potencialmente alimentando una dolarización mayor que la esperada y salidas de capitales que, a su vez, debilitarían el peso y crearían preocupaciones sobre la dinámica de la deuda y las fuentes de financiamiento presupuestario», disparó cuando aún se esperaba que el dólar fuera aumentando poco a poco.
Sin duda las elecciones son un jugador clave, tal como ocurrió en 2017. Y en ese marco no es de extrañar que se negocie también qué hacer con las mismas para que no termine por caer el acuerdo: ¿Bajarse? ¿Poner a María Eugenia Vidal? ¿Armar un gobierno de transición…?
El famoso ‘Círculo Rojo’ ya le va retirando, por su parte, el último ápice de apoyo. Así mientras el dólar se dispara y promete acercar en solo días la discusión a la banda superior (o única banda), la distancia se estira con este grupo que el propio Macri supo blanquear.
El acuerdo de precios fue interpretado en muchos círculos económicos como una señal «de desesperación y nerviosismo, mientras que el aplanamiento de la banda generó la impresión de que al Fondo no le molestaría que el dólar llegue a 51,44 pesos, y a eso se sumaron las encuestas. También hubo algunas operaciones para tratar de forzar a Macri a bajarse», dijo otro analista. .
«Voy a volver a ser gobernadora, si me eligen», confirmo Vidal en medio de las turbulencias ante unos 350 empresarios que la agasajaron en la Recoleta. Pero el establishment, en medio de la incertidumbre actual, sigue presionando por su candidatura ante el descalabro de Macri.
«Está muy frágil todo», graficó un analista que también reconoció que el malestar respecto a la Argentina tiene una pata política, a lo que sumó también el mal dato de inflación de marzo y las proyecciones de un abril que no parece venir mejor en materia de precios. «Hay una cuestión política sobre cuál va a ser el próximo modelo de país, si va a haber reestructuraciones, si van a ser forzadas o voluntarias», mientras que en abril la inflación «puede dar un número mejor» aunque el mercado ya descarta «que no bien».
A la inestabilidad cambiaria se le agrega la incertidumbre electoral, agregó otro economista que afirma que «a medida que se acerquen las elecciones y aumente la incertidumbre electoral, lo esperable es que aumente la volatilidad, ya que la dolarización siempre se acentúa en años electorales. La incertidumbre política acentúa la incertidumbre económica, y ésta (corridas cambiarias mediante) altera el humor social y de los mercados, retroalimentando la incertidumbre política. Se conformó un círculo vicioso complejo entre la dimensión política y la económica», agregó.