La argentina que reside en Londres explicó los posibles efectos adversos de las vacunas de AstraZeneca, Johnson y Sputnik, aunque aclaró que los casos son estadísticamente muy bajos; también contó que dosis podría combinarse con la Sputnik V.
La doctora Marta Cohen, patóloga que reside en el Reino Unido, explicó cuáles son las señales para descubrir a tiempo una trombosis venosa central como consecuencia eventual de la aplicación de tres vacunas: la de AstraZeneca, la de Johnson&Johnson y Sputnik V (la primera y la última se usan en la Argentina).
Cohen dijo, en diálogo con LN+, que los que hayan recibido la primera dosis de cualquiera de estas tres vacunas -que usan la misma plataforma, aclaró- tienen que estar atentos si a las dos semanas tienen dolor de cabeza, confusión, vómitos y visión doble.
“De ser así, es aconsejable que vayan a un clínico o a una emergencia para descartar que sea una trombosis venosa central, que es una de las causas de letalidad”, especificó. Sin embargo, aclaró que la cantidad de casos en los que se produce ese efecto es muy baja y que solo ocurre -de darse- con la primera dosis y no con la segunda.
“La prevención por vacuna supera los riesgos que se pueda tener por efectos secundarios”, advirtió Ricardo Teijeiro,médico infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), a LA NACION.
En diálogo con este medio, Teijeiro también analizó los casos de trombosis vinculados a las vacunas contra el coronavirus. “Hubo muy pocos casos de trombosis en comparación con la cantidad de millones de dosis que se aplicaron. Hay que estudiar los efectos adversos para ver si son significativos y si están relacionados con la vacuna”, observó el infectólogo.
Sobre la variante Delta y la escasez en la Argentina de segundas dosis de Sputnik V, Cohen propuso al gobierno argentino que revise los estudios preliminares que aconsejan completar el esquema de vacunación de Sputnik con la de Oxford-AstraZeneca, que tienen el mismo adenovirus.
“Dejar pasar más de 12 semanas no es recomendable, no debe hacerse”, explicó sobre los adultos mayores que tienen una dosis de la vacuna rusa, pero esperan la segunda. “La disminución en la eficacia luego de la segunda dosis es significativa”, dijo la doctora.
“La inmunidad final no es la recomendada [si se pasa ese período sin completar el esquema]”, agregó en diálogo con LN+.
La espera de los refuerzos
De acuerdo a los datos oficiales, a la Argentina arribaron 7.875.585 del componente 1 y 1.540.160 del componente 2 de la vacuna Sputnik V. Es una relación cinco a uno, aproximadamente.
Quienes fueron inoculados con las dosis de los primeros vuelos arribados desde Moscú probablemente ya completaron sus esquemas. Pero aquellos que recibieron la inyección entre fines de marzo y principios de abril cumplirán en los próximos días la “ventana” de doce semanas que se fijó a nivel nacional. Esto es porque el Consejo Federal de Salud (Cofesa) resolvió diferir la aplicación de las segundas dosis de todas las vacunas e implementar un intervalo de casi tres meses, con el objetivo de inmunizar a una mayor cantidad de personas.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, manifestó el sábado: “Hay gente en la Ciudad que en estos días cumple su tercer mes de vacunación [de la primera dosis de Sputnik] y está angustiada, pendiente de cuándo la vamos a vacunar”. Y agregó: “Tenemos la información que el jueves de la semana que viene sale un vuelo a Moscú para buscar dosis y estamos a la espera de que nos informen cuál será la cantidad del segundo componente que traerán”.
Según explican en la Casa Rosada, Rusia enfrenta dificultades para escalar la producción del segundo componente de la vacuna, del mismo modo que mostró demoras a principio de año con la fabricación masiva de la primera dosis. De ahí la preocupación por conseguir la segunda dosis.