Los delegados de la OPEP y sus colaboradores debaten esta semana en Viena una disminución de los objetivos de producción de petróleo, divididos entre los que quieren frenar la caída del precio del crudo y la presión estadounidense para mantenerlo a la baja.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán ya anunciaron durante el G20 de Buenos Aires que quieren renovar el acuerdo de limitación de la producción para el año que viene.
Pero los ministros de estos dos gigantes petrolíferos deberán convencer al resto de los miembros de la OPEP en la capital austríaca para anunciar un acuerdo durante las reuniones plenarias del jueves y el viernes y así ganar en credibilidad ante los mercados.
Si este grupo de una veintena de países, que representa más de la mitad de la producción mundial de crudo, sigue extrayendo petróleo en niveles récord, el precio del petróleo puede seguir bajando.
Tras caer más de un 30% en los dos últimos meses, el precio del petróleo se sitúa ahora en torno a los 60 dólares el barril de Brent, petróleo de referencia en Europa.
Pero si el acuerdo restringe la producción de crudo, esto podría lastrar el crecimiento a nivel mundial, muy vinculado al precio del petróleo.
Intereses divergentes entre Riad y Washington
Arabia Saudita también podría confrontarse con los intereses de Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump multiplicó los ataques contra la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a pesar de que las relaciones entre Washington y Riad siguen intactas tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
“Un precio bajo no es una opción para Mohamed bin Salmán, que necesita un barril de crudo más caro para aplicar su plan económico”, comentaron los analistas de Energy Aspects, quienes recordaron que resultará “clave llegar a un acuerdo con Trump”.
No obstante, la posición de Washington podría variar, defiende Giovanni Staunovo, un analista de UBS que en un informe recuerda que los productores estadounidenses de petróleo de esquisto necesitan un precio elevado para que resulten rentables sus inversiones en costosas técnicas de extracción.
“Pensamos que la experiencia de finales de 2014, cuando la OPEP se negó a bajar la producción y esto favoreció que el precio cayera a 45 dólares el barril en enero de 2015, sigue muy presente”, afirma Staunovo en el informe.
Este fiasco de la OPEP puso en dudad la credibilidad de la organización. A finales de 2016, adoptó un nuevo control activo del mercado y se alió con nuevos productores, especialmente con Rusia.
Caída del precio del petróleo
Esta alianza ampliada respectó los objetivos de producción establecidos y esto favoreció que el precio del petróleo experimentara una importante subida hasta principios de octubre de 2018.
Sin embargo, los productores de petróleo flexibilizaron sus reglas en junio con el objetivo de permitir a Rusia y Arabia Saudita que aumentaran su producción para compensar el retroceso del sector petrolífero iraní.
Los Estados Unidos habían anunciado en mayo que restablecerían las sanciones contra las exportaciones de crudo de Irán, tras salir unilateralmente del acuerdo nuclear.
Pero en el último momento Washington anunció exenciones a los ocho principales importadores de petróleo iraní. Esta decisión favoreció la caída del precio del petróleo durante los dos últimos meses.
Los debates de esta semana en la OPEP podrían resultar tensos, ya que varios países miembros ven con malos ojos que Riad marque la pauta en esta organización.
Catar, que rompió sus relaciones diplomáticas con Arabia Saudita en junio de 2017, anunció el lunes que abandonará la OPEP en enero del año que viene.
Irán también multiplicó en los últimos meses sus críticas contra la OPEP, en las que acusa a los sauditas de seguir los intereses de Estados Unidos.