Lorena Paredes, quien fue brutalmente golpeada por su ex pareja, pidió custodia mientras está internada y que se revise la medida contra su ex pareja, a quien sólo le aplicaron una restricción de acercamiento pero no la prisión preventiva. «Me van a dar de alta y yo quiero ir a una plaza, no quiero que él le pegue una trompada y me la mate. Tengo miedo, tengo miedo por mi familia. Yo quiero que él tenga vergüenza de salir y se acuerde de cómo me dejó toda su vida», planteó.
«Necesito custodia acá y que pidan la prisión preventiva, esto no son ‘lesiones leves'», dijo en contacto con El Comodorense Radio por FM La Petrolera 89.3 MHz. Pese a las imágenes que pudieron verse cuando las difundió y cuando convocó a los medios para dar su testimonio, la carátula sigue siendo «lesiones leves». «Desde el Hospital hicieron un informe, que no fue completo. Tengo golpes pero todavía no están seguros si perdí la vista, o la audición. Por decir una barbaridad: si perdía un dedo, eran lesiones graves; si me sacaba un grave, era tentativa de homicidio».
La mujer comentó que existe la posibilidad de que esta medida sea revisada, sin embargo no descartó volver a Fiscalía para que la revise el forense y la fiscal a cargo. «La fiscal no sabía que él sabía boxeo, que me pisó la mano para quebrármela, que me pegó con un fierro. No sabía nada porque no estaba en la denuncia y yo no podía constatar porque no podía ver por cómo me dejó los ojos. Yo no podía ver lo que escribían, me hicieron firmar sin decirme qué habían puesto».
«En la denuncia no pusieron que me tuvieron media hora en la camioneta y que me llevaron a la sexta», apuntó Paredes.
«En un escrito de la Comisaría de la Mujer estaba la mitad de lo que yo había dicho. Se acercaron a verme y encima vinieron a retarme por todo lo que conté, porque conté cosas como que el personal de la Seccional Sexta me metieron a una camioneta, no llamaron a una ambulancia y no le avisaron a mis padres», dijo Paredes en la entrevista con la radio. «Yo estaba en la camioneta ensangrentada y rociada, no sabía con qué, si con aceite o con agua. Y a él le decían ‘calmate, capo’. Así como lo digo».