Hay una decena de proyectos en estudio para extraer oro, cobre y litio, que podrían movilizar inversiones por u$s 25.000 millones. El nuevo default deja al país al margen del radar de los fondos de inversión internacionales que operan en el sector.
La minería argentina está hoy en una encrucijada, con grandes recursos atrapados en la Cordillera de Los Andes y los salares del norte, falta de inversión para explotarlos y sin acceso a crédito por el default en que cayó nuevamente el país.
El potencial es reconocido en el mundo, en especial en oro, cobre, plata y litio, pero los inversores globales están a la espera.
Para que lleguen los dólares hace falta que el país renegocie la deuda con los tenedores de títulos de deuda con jurisdicción extranjera, es decir, que deje atrás la cesación de pagos. Es el primer paso para encarar en forma urgente el desarrollo del sector.
Muchos yacimientos en explotación están comenzando a menguar su productividad y se estima que sin nuevas inversiones la minería entraría en un cono de sombras en 5 o 6 años.
Es un tiempo muy exiguo para desarrollar proyectos mineros, que llevan años de prospecciones y estudios de factibilidad hasta que entran en producción. La buena noticia es que el país tiene recursos pero hay que extraerlos para transformarlos en reservas y que permitan monetizar ese potencial.
Fuentes del sector estiman que en la actualidad hay entre 4 y 6 nuevos proyectos de cobre que podrían movilizar hasta u$s 21.000 millones en nuevas inversiones. Además, hay de 3 a 5 proyectos de litio que podrían entrar en explotación en los próximos años y ampliaciones en varios yacimientos auríferos.
En total serían unos u$s 25.000 millones de inversión. Esto sin contar que en Chubut, donde está prohibida la minería, está localizado el proyecto de plata Navidad, uno de los más grandes del mundo.
«El hecho de que el país haya caído en default nos deja en una posición incómoda e impredecible hacia el futuro», señaló Alberto Carlocchia, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Y agregó: «Estamos esperando el acuerdo con el FMI y los bonistas para tener acceso al crédito, porque cuando un país entra en default, las empresas pierden financiamiento».
Carlocchia recordó que en 2019 la minería se posicionó como el sexto sector exportador, generando u$s 3289 millones y 87.000 empleos directos e indirectos. Más allá de esto el potencial es enorme.Según estimaciones de la CAEM, en 2028 podría llegar a exportarse por u$s 8000 millones.
El empresario destacó que hay muchos proyectos rentables en carpeta en especial en cobre, con cuatro a seis proyectos de clase mundial -Agua Rica, Josémaría, El Pachón, son algunos de ellos- que requieren «inversiones por u$s 3000 a u$S 3500 millones cada uno». Pero hay que apurarse. «Si no atraemos las inversiones que necesitamos la minería termina en 2025/26», señaló en tono profético.
Fuente: El Cronista