Se trata de una estrategia simple que se usa en muchos países para que los pacientes internados en terapia intensiva no sientan tanto el aislamiento.
Una de las cosas que sostienen quienes tuvieron un cuadro complicado de coronavirus y llegaron a estar internados en terapia intensiva, es la soledad que sienten. Es por esto, que una enfermera brasileña pensó en un paliativo para calmarlos: lleno dos guantes de látex con agua tibia, entrelazados y les envolvió la mano para que sientan que alguien los está apoyando.
Esta idea se conoció en abril cuando el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Ghebreyesus, lo contó en Twitter, diciendo: “No hay palabras que puedan expresar mi admiración por los trabajadores sanitarios en primera línea de esta pandemia y las increíbles formas que están encontrando para consolar a sus pacientes. ¡Hay tanto que debemos aprender de ti para ayudarlos y protegerlos!”
La ingeniosa solución a la sensación de soledad fue ideada por Lidiane Melo, una enfermera de terapia intensiva del Ilha do Governador, de Río de Janeiro.
Según especificó ella, todo empezó con una paciente que “no nos dejó sedarla, solo dijo que no podíamos dejarla morir, que tenía dos hijas y dos nietas, que cuidaba a su familia. Me pidió que la tomara de la mano. Le dije que no podía, que tenía otros pacientes que atender, pero que iba a hacer algo. Se calmó, me dijo que sentía que le estaba cogiendo la mano y le dije que no era la mía, que pensara que era la mano de Dios, que le iba a ayudar a salir de allí”.
Esta historia de la enfermera Lidiane Melo se viralizó y recorrió el mundo y de esta simple forma muchos enfermeros y enfermeras intentan sostener a sus pacientes tanto física como espiritualmente.
Fuente: minutouno.com